Castilla y León perdió 9.499 empresas entre 2010 y 2014, si bien esta tendencia se ha ido frenando a partir de 2013, según se deduce del informe del tercer trimestre del Observatorio Económico de Castilla y León presentado este miércoles por Juan Carlos de Margarida, presidente del Colegio de Economistas de Valladolid (Ecova).
De Margarida destacó diferentes variables económicas del citado informe, que se crea con el ánimo de promover “el intercambio de información y del conocimiento con las administraciones públicas, asociaciones empresariales, fundaciones, y distintos agentes económicos y sociales que existen en la comunidad autónoma” al objeto de desarrollar proyectos conjuntos que resulten de interés común y que beneficien a la ciudadanía en general.
El presidente de Ecova se refirió a los datos relativos a población, mercado laboral, empresas, industria, matriculaciones, construcción, sector servicios, turismo, transporte, comercio, comercio exterior y sector financiero, entre otros.
Mayor crecimiento
Como conclusión, De Margarida señaló que se consolida un entorno de mayor crecimiento y de perspectivas de creación de empleo en Castilla y León y aseguró: “el impulso de las exportaciones, el incremento de la productividad y el proceso de devaluación interna han permitido un aumento del ahorro de las empresas castellano leonesas que está incrementando la inversión”.
El decano de Ecova señaló también que el consumo privado “ha ido recuperando dinamismo en los últimos trimestres como consecuencia del mejor comportamiento la estabilización del empleo y la riqueza inmobiliaria, el aumento de la financiera y la disminución de la incertidumbre”.
De hecho, el informe del tercer trimestre del Observatorio Económico de Castilla y León apunta que el crédito ligado a las pequeñas empresas y el gasto del consumo disminuyen después de un segundo trimestre de crecimiento positivo.
Ciclo expansivo
Otra de las conclusiones del citado informe es que el ciclo expansivo de la economía castellana y leonesa se consolida, según se desprende de datos como la mejora de afiliaciones a la Seguridad Social y de un fuerte crecimiento de las exportaciones de bienes a nivel interanual, a pesar del descenso registrado en el tercer trimestre de 2014.
De Margarida se refirió también a los datos de déficit con los que Castilla y León cerró el ejercicio de 2013 y explicó: “mostraron un ajuste que permitió alcanzar sobradamente el objetivo de estabilidad presupuestaria”. En su opinión, la región “necesita esforzarse en políticas demográficas y políticas activas de empleo, para que estos dos factores puedan contribuir al crecimiento del PIB regional”.
Empleo
El informe demuestra que la crisis ha destruido mucho empleo, motivo por que el presidente de Ecova defendió que se deben “tomar medidas encaminadas a incrementar el atractivo de la región para atraer la inversión, tanto a nivel doméstico como extranjero” y que “el principal reto de CyL es crear puestos de trabajo ya que una alta tasa de desempleo sea socialmente inaceptable sino también porque tiene otros efectos negativos como son la equidad social y la sostenibilidad de las cuentas públicas”.
El Observatorio Económico de Castilla y León recogerá de forma trimestral información económica de la región que será analizada por sectores y por provincias, conformando una herramienta de análisis elaborada por profesionales de la economía de forma totalmente independiente.
Reforma fiscal
De Margarida se refirió también a la Reforma Fiscal aprobada recientemente por el Gobierno central, afirmando que se trata “de una oportunidad desaprovechada”. En su opinión, la reforma “se ha quedado corta al no haber modificado figuras fiscales de competencia económica” tales como el Impuesto Sucesiones, Impuesto sobre el Patrimonio o Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales.
En este sentido, el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid explicó que existe un peligro real de que la reforma fiscal incida sobre los ingresos del Estado y de las comunidades autónomas, disminuyéndoles y, por tanto, “impidiendo que cumplan con el objetivo de contención del déficit público”.
Asimismo, De Margarida señaló que en un contexto de competencia global por los puestos de trabajo “sería conveniente que disminuya la carga fiscal sobre el empleo y se desplace al consumo y a las importaciones”.
Por este motivo, destacó que la reforma tendría un mejor impacto “si estuviera centrada en la disminución de costes de la MO mediante la reducción de las cotizaciones sociales”.
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