No es difícil percibir el creciente número de establecimientos que opera bajo la fórmula de la franquicia al pasear por las ciudades y centros comerciales de Castilla y León. Así se refleja en los datos de Mundofranquicia correspondientes a 2017, que señalan que en la región existían 1.017 negocios de estas características, casi un 3% más que el año anterior, que empleaban a 3.119 personas, lo que supone cerca de un 3% más de trabajadores que en 2016. Asimismo, la comunidad autónoma es el origen de 35 enseñas -un 3% más-, que generaron un negocio de 308,91 millones de euros, un 6% más que en el ejercicio anterior.
“Es la savia nueva que sustituye o reconvierte a un, muchas veces, desfasado comercio tradicional”, comenta el vallisoletano Pedro Cantalapiedra, socio director de Consultoría de Mundofranquicia, que resalta la capacidad de este modelo para adaptarse a las demandas de los clientes y aumentar la competitividad.
Al respecto, comenta que existen pocos comercios tradicionales que han sabido transformarse, sobre todo en el ámbito online. “El futuro está en la omnicanalidad, es decir, en la integración de los canales físico e Internet, de manera que se generen caminos que se interrelacionen para que el cliente que inició una compra o una consulta por una vía pueda continuarla por otra”, subraya Cantalapiedra.
Previsiones
Las previsiones de este experto sobre la expansión de las franquicias en Castilla y León apuntan hacia su continuidad: “es inevitable y su desarrollo será mayor o menor en función de la situación económica”. Por otra parte, apunta a la agroalimentación y al comercio como los 2 sectores de la región con más posibilidades para crear una cadena de franquicias, siempre que se parta de una trayectoria empresarial exitosa.
“En cuanto a la pregunta de los emprendedores sobre qué actividad es la mejor para invertir, sobre todo si se trata de autoempleo, diría que no hay unos sectores mejores que otros, salvo los que están en declive”, señala el socio director de Consultoría de Mundofranquicia, que añade: “cada inversor tiene que realizar una autoevaluación de sí mismo y ver en qué es bueno. En función de ello, debe decidir qué alternativas se pueden adecuar más a su perfil. Además, es imprescindible realizar un estudio serio y riguroso de las distintas alternativas”.
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