Caja Rural de Salamanca incrementó su beneficio neto en más de un 1% en 2019 hasta los 4,9 millones de euros. Asimismo, aumentó su volumen de depósitos casi un 6% hasta los 920 millones, una cifra que, según sus responsables, es “fruto de la confianza, seguridad y tranquilidad que la Caja transmite a sus clientes”.
Por otra parte, la inversión crediticia de la entidad financiera creció casi un 2% en 2019, hasta alcanzar los 547 millones de euros. En este sentido, desde la Caja apuntan que financian proyectos “de particulares y empresas de todos los sectores económicos”. Además, la cifra de negocio de Caja Rural de Salamanca aumentó más de un 4% respecto a 2018, hasta conseguir 1.757 millones en 2019. La cifra de Balance de la entidad superó los 1.000 millones de euros, casi un 6% superior al año anterior.
Los Recursos fuera de Balance, que comprenden fondos de inversión, carteras de banca patrimonial y planes de pensiones y ahorro, experimentaron un crecimiento de casi el 3,5% hasta los 289 millones. Asimismo, mejoró el margen de su actividad tradicional en un 4,6% hasta alcanzar un importe de 13,7 millones. Además, el Ratio de Capital se establece en un 23,2% y “se mantiene en altos niveles, hasta situarse por encima de la media del sector”.
Morosidad y cobertura
Respecto a la morosidad, se mantiene en un 2,3% y “prosigue la tendencia a la baja de los últimos ejercicios. Para finalizar, la entidad cuenta con un elevado ratio de cobertura (77,2%) sobre activos dudosos “que le hace cumplir sobradamente con las exigencias normativas”.
En cuanto a los nuevos clientes y la digitalización, a Caja Rural de Salamanca han llegado más de 3.600 personas nuevas; se han realizado 54 millones de transacciones por canales digitales; y cuenta con casi 200 empleados que se reparten entre las oficinas de Ávila, Salamanca y Valladolid.
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