“Con la llegada de la nueva PAC y el pago verde, el agricultor debe buscar una alternativa a su rotación de cultivos y las legumbres pueden ser una solución, además de añadir una importante mejora a los rendimientos de su explotación”, apunta Lucas Ferreras, presidente de Agropal, quien señala que son conscientes “de la importancia que tiene para los agricultores diversificar los cultivos de su explotación y cumplir las exigencias de la PAC y por ello, desde la cooperativa, vamos a potenciar el cultivo de las legumbres: alubias, lentejas y garbanzos”.
Además, el grupo cooperativo con sede en Palencia trabaja en el desarrollo de productos que se adapten mejor a las demandas del consumidor de hoy en día, por lo que subraya la existencia de una tendencia creciente hacia una alimentación más saludable.
Mejora del suelo cultivable
Entre las razones de Agropal para sembrar legumbres se encuentra el hecho de que son plantas fijadoras del nitrógeno atmosférico, lo que significa que este cultivo va a ser mejorante del suelo para futuras cosechas. Asimismo, ofrecen una alternativa más en una rotación de cultivos cada vez más corta y centrada casi en exclusiva en cereales y su rendimiento económico podría llegar a duplicar al cereal en una explotación, mientras que los gastos de producción son menores, ya que apenas necesitan el uso de abonados minerales y orgánicos.
Por último, Ferreras señala que el ciclo productivo de las legumbres es más corto, por lo que permite disponer con antelación de las parcelas para prepararlas de cara a siguientes cosechas.
En un mercado dominado por unas políticas de precios muy agresivas, basadas en la utilización de legumbres importadas, el presidente de Agropal señala: “la mejor forma de diferenciación debe estar basada en la obtención de un producto de calidad y con todas las garantías para el consumidor, posicionando en el mercado una legumbre producida en nuestra tierra y con los máximos estándares de calidad”.
Para lograr este objetivo, los responsables de Agropal destacan algunos factores a tener en cuenta, como son la utilización de una semilla de calidad, que ofrezca al agricultor las máximas garantías sanitarias y las mejores producciones; el contacto directo entre técnicos de campo de la cooperativa y agricultores, con el fin de ofrecer asesoramiento para una continua mejora; el control de todos los parámetros que intervienen en el cultivo por parte del agricultor, con el fin de obtener un producto sano y en las mejores condiciones posibles, evitando así las pérdidas por destríos y mala sanidad; y un estricto control de la trazabilidad al aplicar un riguroso control en todos los procesos que intervienen desde la recepción del producto hasta la llegada al consumidor final.
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