a

Abadía Retuerta LeDomaine se consolida como una referencia internacional en enoturismo

La empresa marca la pauta para atraer a Castilla y León un turismo nacional y extranjero de alto poder adquisitivo
Enrique Valero, consejero delegado de Abadía Retuerta LeDomaine.
Enrique Valero, consejero delegado de Abadía Retuerta LeDomaine.

Cuando se franquean los gruesos muros de la imponente abadía premonstratense y se accede al interior de este espectacular recinto que ha visto pasar 9 siglos de historia, convertido en el hotel de lujo Abadía Retuerta LeDomaine, cuesta creer que hasta hace pocas décadas, en su iglesia, que hoy acoge eventos de primer nivel, se almacenaba grano y su estado de deterioro vaticinaba un fatídico final.

Fue en 1989 cuando los responsables de la multinacional suiza Novartis conocieron este espacio, su historia, su entorno natural y además en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero (aunque la bodega no está dentro de esta Denominación de Origen), junto a ilustres vecinos vinícolas, y decidieron apostar por su recuperación y la plantación de viñedo. Eso supuso la salvación de este complejo, que hoy luce, majestuoso, tras una inversión superior a los 30 millones de euros, con una facturación anual de 12 millones de euros y una plantilla de 127 personas.

Guardianes de un legado

Cuando uno se sienta, frente a frente, con Enrique Valero, director general de la bodega Abadía Retuerta desde 2009 y desde hace poco más de un año también director general del hotel LeDomaine, se da cuenta, al constatar la pasión con la que habla de este proyecto, que este lugar “tiene alma. Somos guardianes de un legado”, asegura. El ejecutivo se ha propuesto situar a Abadía Retuerta LeDomaine, y por extensión a Castilla y León, en el mapa de la excelencia y calidad a nivel mundial. El objetivo es “convertirnos en referencia en grandes vinos y en hospitalidad”, sostiene Valero.

Y parece encontrarse en el buen camino. Buena prueba de ello son los numerosos galardones que han recibido hotel y bodega en los últimos años, como el Premio Patrimonio Cultural de la Unión europea concedido por Europa Nostra, el Premio CN Traveler 2018 en la categoría de Mejor Hotel de Escapada de España, la elección como Mejor Hotel de España de 2018 por parte de los usuarios del portal Tripadvisor, incluso el New York Times lo ha situado como uno de los destinos que hay que visitar en 2018.

Si retrocedemos a 2017, fue designado Hideaway of the year en los premios anuales de Andrew Harper, Mejor Hotel de España y Portugal en los premios Reader’s Choice de Condé Nast Traveler e incluido en la Tatler Travel Guide como uno de los 101 mejores hoteles del mundo. Por no hablar de su restaurante El Refectorio, que cuenta con una estrella Michelin; o el Centro de Wellness & Spa Santuario LeDomaine, merecedor en 2016 de reconocimientos como Best New Spa & Wellness Property y Best for Wow Factor de los premios Wellness Travel Awards.

Planificación a largo plazo

Valero destaca que del proyecto le atrajo la forma de hacer de una compañía “en cuyo ADN está la planificación a largo plazo. Yo busco proyectos únicos, especiales, que perduren en el tiempo y creen marca. Y sabía que la filosofía de los propietarios implicaba hacer las cosas bien poco a poco, rodeándonos de las personas correctas. Visión y tiempo, que es lo más importante en la ejecución y desarrollo de un proyecto. Por eso me considero la persona más afortunada del mundo”. En la actualidad la empresa ha cerrado el círculo inversor y casi 3 décadas después del inicio del proyecto se recogen los frutos.

El origen fue la bodega, que en 2016 cumplió sus Bodas de Plata. Valero rememora que Juan José Abó, amigo personal del presidente de Novartis, trajo a Pascal Delbeck, a la sazón prestigioso enólogo bordelés, quien al visitar la abadía “vio el Duero, vio millones de años de sedimentos, de erosión, de suelo pobre, magnífico para que la viña trabaje. Vio una finca de 700 hectáreas, con pinos, con encinas. Vio, en definitiva, mucho potencial para llevar a cabo un proyecto de disfrute”, resume el director general. Entre 1991 y 1994 se planta la mayor parte del viñedo. Los primeros vinos se elaboran en la cosecha de 1996 con un jovencísimo Ángel Anocíbar, recién incorporado como enólogo y que hoy, más de 2 décadas después, sigue estando al frente de la elaboración de los vinos. Sólo entre 1991 y 1998 se invirtieron 12 millones de euros en el proyecto, diseñado por Delbeck, Abó y Novartis pensando en el largo plazo. “Sin forzar a la naturaleza sabíamos que íbamos a tener vino de alta calidad, con personalidad acusada, en el que iba a destacar su finura, como así ha sido”, matiza Valero.

El año 2005 marca un antes y un después en el devenir de la bodega, con el Premio al Abadía Retuerta Selección Especial 2001 como mejor vino del mundo en Londres, donde Ángel Anocíbar también fue nombrado Mejor Enólogo y recibieron el galardón como Mejor Bodega. “Nos dio visibilidad y confianza, aunque había que mejorar el posicionamiento en el mercado”, puntualiza el ejecutivo.

Producción

En la actualidad, el portafolio de la bodega, cuya producción varía entre las 350.000 y las 600.000 botellas en función de la añada, con 180 hectáreas de viñedo propio y 54 pagos, se compone de 3 tipos de vinos: Selección Especial, que representa un 79% de la producción; los vinos de pago, monovarietales que concentran un 15% con sus 4 marcas: Pago Negralada, Pago Valdebellón, Pago Garduña y Petit Verdot; y el vino blanco Abadía Retuerta LeDomaine, con un 5%. Mención aparte merece el 1% restante, denominado Winemakers Collection, que sólo se vende en el Visitors Centre de la bodega y que está compuesto por los vinos resultado de la experimentación de Anocíbar. De hecho, así nació su vino blanco, tras más de 10 años de investigación y pruebas. Este vino tiene una historia curiosa y bonita a la vez.

Por error del propietario del vivero donde se adquirieron las viñas, se plantaron de la variedad sauvignon blanc. Cada añada se vendimiaba y se criaba en barrica. “El resultado de las catas mostraba una evolución excepcional, un blanco distinto, de guarda”, enfatiza Valero. El vino ganó el premio al mejor blanco de España de los blogueros de Verema. Y el espaldarazo definitivo llegó en el verano de 2013 con un tuit del chef José Andrés, que desde su lugar de vacaciones en Zahara de los Atunes (Cádiz), publicó un mensaje con la foto de la etiqueta de este blanco con el comentario: Mi vino del verano (en inglés). Desde entonces, las apenas 12.000 botellas que se elaboran, vuelan.

Enoturismo

“No es lo mismo hacer visitas que tener experiencias. No es lo mismo vender vino que generar el deseo de estar en la viña y la bodega. Es un negocio totalmente distinto”, asegura el director general de Abadía Retuerta LeDomaine, que explica así el giro que dio la empresa en 2009, cuando contaba con un Departamento de Visitas “y teníamos el enoturismo como herramienta promocional, cuando es un negocio con identidad propia. El objetivo es que la persona que viene a vernos se lo pase bien con nuestro producto, que disfrute. La prioridad no es sólo vender vino”. Valero detalla que todas las visitas son privadas, de un máximo de 15 personas, que cuentan con el Visitors Centre y vehículos todoterreno para el recorrido. “Nuestro personal domina varios idiomas y organizamos cursos de sumilleres. Quiero el mejor enoturismo de España y Europa”, enfatiza el ejecutivo. El numero anual de visitas supera las 6.500 personas.

Por lo que respecta al hotel, cuya construcción se inició en 2006, dispone de 30 habitaciones -3 de ellas suites- y un ratio de 3 empleados por habitación, siendo el primer hotel con servicio completo de mayordomía en España. Valero lo traduce: “tenemos 9.000 metros cuadrados construidos en el hotel, es un gran espacio, pero si un cliente pide una copa en su habitación, ha de tenerla en menos de 3 minutos”.

Con todo, el director general de la compañía hace especial hincapié en el que, a su juicio, es el verdadero secreto del éxito de Abadía Retuerta LeDomaine: “la profesionalidad y pasión de todo el equipo, que tiene una vocación de excelencia en todo lo que hace y una obsesión por que cualquier persona que se aloje, nos visite, venga a nuestros restaurantes, spa o beba nuestros vinos, se sienta como en casa y disfrute de todo lo que la naturaleza y la historia nos ha dado. Por ello invertimos mucho en formación. Sirva como ejemplo más representativo que Robert Watson, que fue mayordomo de la Reina Isabel II de Reino Unido, entrenó a todo el equipo de mayordomía del hotel”.

Clientes extranjeros

El mercado nacional concentra el 50% de los cerca de 10.000 huéspedes al año que disfrutan de este complejo -la ocupación media alcanza el 60%-, con presencia mayoritaria de viajeros de Barcelona, Madrid y San Sebastián. Si miramos al exterior, los clientes proceden, principalmente y por este orden, de EE UU, México, Suiza, Reino Unido, Alemania, Rusia, China y Japón. Valero sostiene que el cliente “es nuestro mejor embajador”, ya que un 20% repite.

Su centro de Wellness & Spa Santuario LeDomaine, inaugurado en 2015, incorpora otra figura innovadora, la del spa sommelier, un profesional que ofrece un nivel de personalización y servicio “sin precedente”, que diseña protocolos a medida a partir de una cata de 3 mezclas de aceites y de 3 vinos y siguiendo la preferencias del cliente.

Además, el hotel es un pequeño museo, al acoger los fondos artísticos de la Fundación Novartis, por lo que en sus paredes se pueden admirar grabados de Miró o pinturas de Panini, pintor italiano del siglo XVIII que fue el primer artista en resaltar las ruinas romanas en sus cuadros.

Informe de Responsabilidad Empresarial

En Abadía Retuerta LeDomaine, la sostenibilidad y el medio ambiente son “capitales”. En 2016, la compañía presentó su primer Informe de Responsabilidad Empresarial, que incluye los pilares sobre los que se asienta esta estrategia, que para Valero también representa un distintivo de excelencia.

El director general menciona la instalación de fuentes de energía renovables, como geotermia para calentar o refrigerar en parte el agua del circuito del aire acondicionado y calefacción aprovechando el pozo del hotel; paneles solares térmicos para precalentar el agua caliente sanitaria del hotel y el spa; y un sistema de climatización de sala sala de barricas y el dormitorio de botellas que aprovecha el aire frío del exterior, así como medidas que se aplican para reducir el consumo. De hecho, el objetivo para 2017-18 era conseguir una disminución del 5% del consumo energético total de sus instalaciones (electricidad y combustibles). Con todas estas medidas, Valero asegura que compensan el CO2 “de 33 bodegas como la nuestra”.

Más información en el número de julio de la revista Castilla y León Económica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información sobre la protección de datos:
· Responsable de los datos: Ediciones La Meseta, S.L.
· Finalidad: Enviar un comentario
· Derechos: Tienes derecho a acceder, rectificar o suprimir los datos, así como otros derechos como es explica en la política de privacidad.
· Información adicional: Puedes consultar la información adicional y detallada sobre la protección de datos aquí.

Noticias relacionadas

Ir al contenido