Hace unos años entraron a robar en mi casa. Afortunadamente no había nadie dentro y tan sólo se llevaron cosas materiales, más allá de dejar el hogar patas arriba.
A mayores, me dejaron un regalo envenenado.
Yo soy una persona muy poco miedosa y jamás he temido nada (ruidos, oscuridad, tormentas, bichos…) estando en casa, solo o acompañado. Pero desde aquel día, cada vez que estoy en la cama y un ruido inesperado asoma en el silencio de la noche, mis músculos se tensan, mi corazón late, repentinamente, algo más deprisa de lo normal, mis pupilas se dilatan y mi atención se pone en alerta.
Aquellos hijos de puta que entraron a robar me dejaron de regalo, grabado en mi cerebro, un tatuaje con forma de miedo.
Y es que el miedo, tras algún suceso muy traumático o ante varios, sucedidos de manera continuada, se pega a nosotros como una lapa que no quiere abandonarnos. A veces, de por vida.
Mi abuela Espe, por ejemplo, cada noche que hay una tormenta, se tapa hasta la cabeza, poniéndose a rezar y a cantar a la virgen. O cuántas personas temen la respuesta airada de otra persona, hasta el punto de sentirse tensos y nerviosos en su presencia y no querer hacer nada que pueda desatar su furia.
Miedo a estar cerca de otros humanos
Desde hace unos meses, lamentablemente, parece que se nos están grabando distintos miedos en nuestro disco duro emocional, individual y colectivo. Miedo a estar cerca de otros seres humanos, miedo a abrazar a personas queridas con las que no convivimos, miedo a entrar en lugares cerrados concurridos, a viajar, a salir a la calle sin un tapa bocas o a determinadas horas… En definitiva, miedo a una de las cosas que más humanos nos hace, socializar.
Y sí, siendo como soy un curioso observador de la conducta humana y sabiendo que estas aguas traerán ciertos lodos, temo que todos esos miedos se queden grabados en nuestra amígdala colectiva, y que cual lapa que ha pillado roca, no se vayan a soltar fácilmente.
Es más, temo también que algunos lo puedan usar en el presente o futuro (próximo o lejano) para gobernar y tomar decisiones a su favor. Pero ese ya es otro tema. O no…
PD: Si a alguien le interesa saber algo más de cómo se graba el miedo en el cerebro, les aconsejo este artículo de fácil lectura y comprensión.
Muchas Gracias Felix buena refelexion