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El 74% de los alumnos mejora sus calificaciones cuando los padres se implican en su educación

Según un estudio de la profesora de Psicología de la Universidad Isabel I
Madre e hijo.
La relación emocional que mantengan los padres con los hijos influye en el proceso de aprendizaje de los niños.

Mirtha del Prado-Morales,  profesora de Psicología de la Universidad Isabel I, ha elaborado un estudio internacional que analiza las diferencias en la participación de los padres en el aprendizaje de un estudiante y cómo su nivel cultural y el clima de motivación familiar influyen en los resultados académicos.

El trabajo realizado a más de 1000 alumnos españoles y cubanos revela que las diferencias culturales en cada país pueden cambiar la implicación de los padres en la educación de sus hijos. La principal conclusión de este trabajo determina que el 74% de los alumnos mejoran su aprendizaje cuando los padres se implican en su formación.

“La cultura de un país puede influir tanto en las pautas parentales que se llevan a cabo, como en la propia implicación de los padres para favorecer el clima motivador y orientado al aprendizaje de los estudiantes. Para poner a prueba esta posibilidad, se estudió la validez transcultural del modelo de clima motivacional de la familia”, explica Del Prado-Morales. En el estudio han participado también los profesores Cecilia Simón-Rueda, de la Universidad Autónoma de Madrid, y Jesús Alonso-Tapia, de la Universidad Europea de Madrid.

La implicación de los padres

El trabajo determina que hay elementos sustanciales que inciden en la motivación, y con ello en el esfuerzo y satisfacción de los alumnos, tales como la comunicación entre padres e hijos, la supervisión de las tareas escolares en el hogar, la colaboración de los padres en estas labores, la participación paterna en el ámbito escolar o el contacto de los padres con el centro.

El trabajo expone que los estudiantes cubanos (88%), en mayor medida que los españoles (70,5%) consideran importante que los padres los alienten a tener autonomía, se aseguren de que los entornos de estudio sean adecuados para realizar las tareas escolares y sean un reflejo para ellos en su interés por la lectura. Este modelo aumenta la autoconfianza y autonomía de los adolescentes además de su motivación para aprender.

La relación emocional que mantengan los padres con los hijos influye en el proceso de aprendizaje de los niños. Para los psicólogos que han elaborado este estudio, “la relación que tengan los padres con sus hijos en el proceso de aprendizaje lleva a que se potencien en los niños una serie de valores como la determinación o la autonomía”. La calidad en la relación emocional entre padres e hijos ayuda a los niños a sentirse reconocidos, competentes, estimulados y autónomos, lo que fomenta el aprendizaje y la motivación para conseguir el logro académico.

Establecer unas normas

Por su parte, las expectativas que tengan los padres respecto al rendimiento académico de sus hijos destacan, según los autores de este trabajo, con las creencias culturales y esto influye en el resultado de los alumnos en el contexto académico. Las normas que se establezcan en el hogar, el nivel de control sobre los hijos, las rutinas diarias, el aprecio por la cultura, la sensibilidad hacia la lectura o la búsqueda de conocimientos generales son algunos de los pilares del rendimiento académico.

Castilla y León Económica

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