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Pallet Tama cumple 30 años como uno de los referentes del sector del embalaje en España

Juan Antonio Tapia, su consejero delegado, señala como una de las claves del éxito el ciclo completo de la compañía, desde la materia prima hasta que el producto llega al cliente
Juan Antonio Tapia, consejero delegado de Pallet Tama.
Juan Antonio Tapia, consejero delegado de Pallet Tama.

Existe una zona en la provincia de Segovia conocida como Mar de Pinares, donde una vastísima extensión de masa forestal provoca que el efecto óptico asemeje esas miles de hectáreas de bosque al mar. En pleno corazón de ese espacio, en  el municipio de Sanchonuño, se ubica Pallet Tama, una empresa que en 2017 cumple su 30 aniversario y, como no podía ser de otra manera, se dedica a la fabricación de pallets de madera, de pino, por supuesto, que además de abundar en la zona, es de mayor calidad para embalaje y pellets que otras maderas, aunque también sea más costosa. “Con un pallet se puede mover el mundo”, sostiene Juan Antonio Tapia, consejero delegado y alma mater de esta empresa.

Para conocer los primeros pasos de esta exitosa trayectoria empresarial hay que remontarse más allá de esas 3 décadas. A pesar de no tener ninguna vinculación ni empresarial ni familiar con el sector forestal, Tapia, que a la sazón trabajaba en Fábrica Española Magnetos (Femsa), realizaba otra actividad como emprendedor, al comprar tablas para pallets en un pueblo segoviano y trasladarlas a otro municipio de la provincia, donde las clavaban, para vender el producto final a sus clientes. Esa incipiente actividad le llevó a conocer el sector maderero. Ante los problemas de suministro que se le presentaban a Tapia para dar respuesta a sus clientes y su convencimiento de que el pallet era necesario e insustituible para la práctica totalidad de actividades, dio un paso al frente y puso en marcha, junto con un socio, también conocedor del sector maderero, Pallet Tama.

Los inicios

Eligieron Sanchonuño porque llegó a sus oídos que en este municipio segoviano regalaban tantos metros cuadrados de terreno como compraras. Así que adquirieron 3.500 metros cuadrados y se hicieron con 7.000 metros cuadrados. En septiembre de 1987 comenzaba la producción de pallets, solo con los 2 socios y el hijo de uno de ellos como operarios. El crecimiento fue rápido y en apenas unos meses empezaron a contratar personal; y el objetivo de producción inicial -un camión de 6 metros al día, o lo que es lo mismo, unos 180 pallets- se quedó pequeño en poco tiempo.

2 de los hitos más importantes de la empresa se produjeron en 1990, al abrir una línea de negocio con pallets usados con el montaje de 3 centros de reparación y recuperación de pallets para la empresa hoy conocida como Veralia en Burgos, Zaragoza y Azuqueca de Henares (Guadalajara); y en 2005, con la inversión de 5 millones de euros para la construcción de un aserradero de grandes dimensiones.

Sus cifras

En estos 30 años, Pallet Tama se ha consolidado como una de las 3 mayores empresas de su sector. Sus cifras hablan por sí solas. De los 7.000 metros cuadrados con los que inició su actividad, hoy son 260.000 metros cuadrados los que posee la compañía. La plantilla ha pasado a estar formada por 110 trabajadores y la facturación en 2017 alcanzará los 20 millones de euros (27 millones si sumamos el agregado de dos sociedades más del grupo, como son Naturpellet y Tableros de Betanzos). La producción se sitúa en 7.500 pallets diarios y dispone en la actualidad de 3 líneas de aserrado, con una cuarta proyectada. La empresa segoviana está certificada para la fabricación de pallets Epal (europallet) y cualquier otro tipo que demanden sus clientes, como el CP para industria química.

Con todo, Tapia destaca que el 100% del negocio se queda en Castilla y León, puesto que la materia prima procede de bosques castellanos y leoneses, certificados y sostenibles; y la mano de obra e incluso los suministros energéticos son locales.

Ciclo completo

La empresa presume de realizar el ciclo completo, desde que la materia prima entra en sus instalaciones hasta que llega al cliente, puesto que posee ocho camiones propios, “algo inédito en nuestro sector”, señala Tapia. Este hecho le permite abastecer a clientes ante cualquier contingencia, “porque el proceso está siempre en nuestras manos”.

De hecho, no es infrecuente que desde Pallet Tama salgan camiones para hacer llegar producto a un cliente, incluso en festivos o en horario nocturno, en un plazo de entrega inferior a las 5 horas. “Nuestros clientes nos felicitan por esta forma de trabajar”, sostiene el empresario, quien añade que calidad y servicio “son las 2 variables que nos han permitido llegar hasta donde estamos”.

Mercancías valiosas

La fortaleza de Pallet Tama reside en el mercado de la zona centro del país, ya que, como detalla su consejero delegado, “la madera viaja mal”, en referencia a que los costes de transporte no justifican, salvo excepciones, grandes traslados para abastecer clientes, que son de diversos sectores: alimentación, automoción, vidrio, laboratorios farmacéuticos, cartón, bebidas o cosméticos. Lo que Tapia tiene claro es que tienen preferencia “por vender nuestros productos a clientes con mercancías valiosas, para que también prioricen calidad sobre precio en el embalaje”.

El pino, como el cerdo

“El pino es como el cerdo, se aprovecha todo”, asevera el consejero delegado de Pallet Tama. En plena crisis económica, los responsables de la compañía estudiaron la posibilidad de hacer crecer el negocio y cayeron en la cuenta de que el subproducto de este árbol (serrín, astillas y viruta) representa el 50% de la materia prima que entra en las instalaciones de la firma segoviana, por lo que decidieron poner en marcha una fábrica de pellets de la más alta calidad, Naturpellet, en funcionamiento desde 2015 tras una inversión de 12 millones de euros, que se abastece de estos subproductos.

Pocas empresas celebran su aniversario llevando de viaje a toda su plantilla. Menos aún si hablamos de más de un centenar de personas. Eso hizo Pallet Tama el pasado mes de octubre para celebrar sus 3 décadas de historia, al organizar un viaje a Galicia de 4 días con sus trabajadores, lo que, a juicio de Tapia, es una clara muestra de lo humanizada que es la relación con todas las personas que integran la compañía, lo que les ha permitido salir fortalecidos de los momentos difíciles. “Ésa ha sido una de nuestras claves: crear un buen equipo de personas que se sintieran unidos al proyecto”. Palabra de Tapia, el señor de la madera.

Más información en el número de diciembre de la revista Castilla y León Económica

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