“Ya pasó la época de plantear si la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es obligatoria, sino que se ha convertido en algo inherente a las organizaciones. Es una filosofía, un cambio en el modelo de gestión, una forma de actuar de las empresas, que además ayuda a innovar y representa ventajas competitivas”, explica Rosario Arévalo, responsable de RSC en Enusa, quien pondera la importancia de esta área dentro de la organización e insiste en que, aunque no se hablara de RSC, ya se trasmitían valores internos hacia el exterior desde hace décadas, puesto que por la “propia naturaleza del negocio nuclear, ha existido desde los inicios de nuestra implantación en Salamanca la necesidad y la misión de estar cerca de las personas y de las instituciones con el fin de que nos conocieran”.
Arévalo asegura que en general “cualquier empresa a través de la RSC busca valores asociados al compromiso y la cercanía con la sociedad y el entorno”. En el caso de Enusa, la relación con los municipios salmantinos que se encuentran en su radio de influencia (especialmente Juzbado y Ciudad Rodrigo) es “permanente, con una comunicación sostenida y mediante el apoyo a proyectos concretos de mejora del entorno”.
No fue hasta 2002 cuando se sistematiza la metodología de RSC en la compañía, justo en el año en que Enusa se adhiere al Pacto Mundial de Naciones Unidas como socio fundador. En este Pacto se promueven diez principios vinculados al ámbito de los derechos humanos, laborales, medioambientales y de lucha contra la corrupción. En Enusa aseguran que el comportamiento social de las empresas constituye “una parte importante de su legitimidad social”.
Patrocinio y mecenazgo
Uno de los pilares del área de RSC en Enusa es el patrocinio y mecenazgo, “uno de los principales y más desarrollados instrumentos con que cuenta nuestra organización para canalizar hacia la sociedad la dimensión externa de su RSC. Si hay algo distintivo de Enusa en este ámbito es su apoyo al patrimonio, ya sea histórico-artístico, cultural o natural y medioambiental”, puntualiza Arévalo.
Algunas experiencias prácticas en esta área son la recuperación de la ribera del río Tormes a su paso por Juzbado, donde también se ubica la fábrica de Enusa, y la implantación del Centro de Interpretación Geológica de la Falla. En el municipio salmantino de Saelices se ha procedido a la recuperación paisajística de su mina, un proyecto de gran envergadura a nivel nacional y europeo, la excavación de una villa romana y la rehabilitación de la iglesia parroquial de la localidad.
Universidad de Salamanca
Uno de las más recientes actuaciones de Enusa en el capítulo de patrocinio y mecenazgo ha sido su colaboración con el VIII Centenario de la Universidad de Salamanca. “Teníamos que estar, por nuestra cercana vinculación a la Universidad salmantina desde nuestra implantación en esta provincia”, sostiene Arévalo. La colaboración se traduce en la restauración de once manuscritos correspondientes a la primera donación recibida por la Biblioteca General Histórica de Juan de Segovia en el siglo XV y el copatrocinio de la representación de la ópera Radamisto.
También en la capital charra destaca su contribución al estudio previo de la rehabilitación de la fachada de la Universidad de Salamanca, así como de un retablo de la Catedral Vieja.
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