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El decálogo del presidente de Iveco para desarrollar una carrera profesional en una multinacional

Revilla recomienda escuchar y ponerse en el lugar de la otra persona
Jaime Revilla, presidente y consejero delegado de Iveco España y Portugal.
Jaime Revilla, presidente y consejero delegado de Iveco España y Portugal.

No es frecuente que al mantener una conversación con uno de los ejecutivos españoles con mayor poder en la industria de la automoción y con una de las carreras internacionales más deslumbrantes, el periodista termine hablando casi tanto como el entrevistado, a no ser que la charla sea con Jaime Revilla (1951, Barcelona), presidente y consejero delegado de Iveco España y Portugal. Este doctor en Ingeniería Industrial y máster en Alta Dirección de Empresas por la Manchester Business School es como Momo, el entrañable personaje del escritor Michel Ende, que se ganaba el corazón de todos porque esa niña huérfana tenía el singular don de saber escuchar a cualquiera.

Ésa es una de las máximas de Jaime, y la ejerce porque forma parte de su personalidad. “El que no escucha, no saca información del otro. Hay que ponerse en el lugar de las otras personas, y si tienes competencias en el área comercial, todavía más porque debes de estar atento a lo que te dice el cliente”, apunta este ejecutivo, para quien no existen las personas invisibles, saluda a todo el mundo, algo que hacen muy pocos hombres cuando están en la cúspide del poder.

Este directivo barcelonés, que lejos del paroxismo nacionalista se siente ciudadano del mundo, ha desarrollado toda su carrera profesional en esta empresa, donde en 1975 entró en la entonces Pegaso como ingeniero jefe de vehículos ligeros para después desempeñar diferentes puestos de responsabilidad hasta llegar a ser nombrado en 2006 vicepresidente mundial de Vehículos Ligeros de Iveco y miembro del consejo de Dirección en Turín (Italia), un puesto que no había alcanzado ningún directivo español. Desde esa plaza pilotó la implantación industrial de la compañía en China y lideró el desarrollo de la actual gama Daily. “Fueron 6 años de intenso trabajo, con viajes por varios continentes. Me pasaba todo el día en el avión y tenía jornadas de más 10 horas de intensas reuniones”, recuerda, en una experiencia que califica como “muy dura y agotadora”. Aunque a cambio, “pude desarrollar una gestión global al estar en el centro de decisión de la compañía”.

Sin ser consciente de ello, de sus pausadas frases impregnadas de sentido común surge un manual sobre cómo llegar a la cúspide dentro de una multinacional. Tomen nota:

1/ Nunca te especialices en un área, porque será muy difícil que te destinen fuera de ese departamento, y más si eres muy bueno. “Si quieres ser un buen gestor, debes de ser generalista, conocer varias áreas de la empresa”, explica Jaime, cuya trayectoria le ha llevado a tener la doble visión de dominar la parte técnica y la comercial, “lo que te permite aportar un valor añadido cuando tienes un cargo de responsabilidad”.

Escuela de diplomacia

2/ “Una multinacional es una escuela de diplomacia, sobre todo cuando estás en la alta dirección, donde debes de saber gestionar los egos y las ambiciones de los demás”. Según él, siempre hay que tener en cuenta el equilibro de poder.

3/ Un ejecutivo debe de demostrar una enorme capacidad para reconvertirse con el fin de asumir nuevos cometidos en departamentos que no tienen nada que ver con el trabajo efectuado hasta ese momento. Sólo así será capaz de desarrollar una carrera profesional sin límites y evitar tocar techo enseguida. Pobre del que piense “eso no es lo mío”.

4/ En su opinión, un ejecutivo español con proyección en una multinacional debe de demostrar mucho más su valía que el resto de sus colegas porque hasta hace poco las grandes corporaciones no estaban familiarizadas con tener hispanos en sus principales cargos.

5/ En una gran empresa “hay que saber venderse, tienes que poner en valor tus logros ante tus superiores, porque si no corres el riesgo de pasar desapercibido aunque te respalden los resultados”, aconseja Jaime, quien sentencia: “en esta vida todo se vende”.

6/ “Debes de ponerte siempre en el lugar del que tienes delante, sea un jefe, un empleado, un cliente o el propietario de la empresa. Sólo así obtienes las mejores conclusiones”.

7/ “Intenta rodearte de los mejores profesionales, sobre todo si son más brillantes que tú, y crea sintonía con ellos porque te ayudarán a mejorar”.

Convencer antes que imponer

8/ Para Jaime, siempre es mejor convencer que imponer, “ya que así se obtienen más éxitos al implicar al resto del equipo”.

9/ Por muy brillante que sea tu carrera profesional, tienes que ser modesto para no terminar aislándote.

10/ Cuida las relaciones humanas con todos los que te rodean.

Este decálogo sale de las reflexiones desordenadas de una distendida conversación sobre el mundo de la dirección. Puestas en orden, configuran un manual de cómo aspirar a alcanzar la cumbre en una gran corporación internacional.

En la actualidad, Jaime ha dado un paso atrás de la primera línea ejecutiva y desarrolla tareas más institucionales para estrechar las relaciones con los grupos de interés de Iveco, desde reuniones con los gobiernos nacional o regionales hasta actos sociales en la capital del Reino o eventos en la Embajada de Italia, con cuyos responsables mantiene una magnífica relación. Se le ve que también disfruta con este nuevo cometido, donde despliega sus dotes diplomáticas, que son consustanciales a su naturaleza, pero sin duda fueron potenciadas durante su estancia en el Piamonte, donde son unos maestros en este sutil arte.

Valladolid, 40 años después

Pese a desarrollar una experiencia internacional que le ha llevado a tener capacidad de decisión sobre las fábricas de Iveco en Brasil, la India, Países Árabes, Europa o incluso Sudáfrica (donde, por cierto, su padre importaba pieles para su negocio familiar de peletería fina), hay una ciudad que marca el inicio de la trayectoria profesional de Jaime y que se repite 4 décadas después: Valladolid. Así es, porque en la capital del Pisuerga fue enviado desde Barcelona en 1975 como ingeniero jefe de diseño de vehículos ligeros, donde permaneció durante más de un año.

Recuerda con nostalgia aquella época, pues no era frecuente encontrar en la ciudad castellana a un joven ejecutivo de 24 años procedente de Cataluña y con un sueldo elevado para “esa edad y esa época”. 4 décadas después, Valladolid vuelve a ser un desafío para Jaime, que gestiona el nuevo plan industrial, con una elevada inversión plurianual, con el fin de mantener el peso industrial de la factoría vallisoletana en la multinacional al pasar de fabricar la furgoneta Daily a producir cabinas de camiones.

Consolidar la capacidad industrial

Para el máximo responsable de una empresa que en España alcanza una facturación de alrededor de 2.400 millones y posee una plantilla de unas 4.000 personas, de carácter extrovertido y trato cercano, pero a la vez exigente y duro en la gestión, sus actuales retos son consolidar la capacidad industrial de Iveco en España, que ha sido defendida con éxito en los años más complicados de la crisis, y que en nuestro país se reconozca la aportación de esta multinacional en un sector tan importante para la economía.

Castilla y León Económica

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