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A relaxing cup of té

Por: Prudencio Herrero
Ana Botella, alcaldesa de Madrid.
Ana Botella, alcaldesa de Madrid.

En las últimas semanas ha habido 2 sucesos que me han hecho caer en la cuenta de cómo, dejándonos llevar, podemos hacer lecturas facilonas sobre los asuntos dejando escapar otras reflexiones más profundas.

El primero de ellos tiene como protagonista a Ana Botella. Se trata de su conocidísimo discurso ante los miembros del COI para defender la candidatura de Madrid 2020 como sede de los Juegos Olímpicos.

Les reconozco que me dejé llevar. Habré compartido entre mis amistades no menos de 25 chistes, fotos graciosas con comentarios escritos en ellas, vídeos y hasta un remix musical. Contribuí con ello a hacer chanza y mofa, deporte que, si fuera olímpico, mejoraría notablemente nuestro medallero patrio. Pero después de mi reacción facilona y seguidista, tuve una segunda digestión del asunto que me llevó a las siguientes reflexiones. A ver qué les parecen.

Reflexiones

Miren, yo creo que lo triste no es que algunos pensaran que con ese discurso perdiéramos opciones y apoyos para la candidatura de Madrid. La decisión ya estaba tomada al 99% por los miembros del COI (por cierto, yo quiero ser eso de mayor). Lo triste es que muchos estábamos ilusionados con las opciones de Madrid. Por no decir que lo triste es que estuviéramos tan engañados sobre nuestras opciones reales. Porque también estamos engañados en cómo se nos ve desde fuera y en el aprecio que se nos tiene.

Lo triste no es la sobre-dicción de la alcaldesa que hizo que el discurso fuera menos creíble y sonara a simpatía fingida. Lo triste es que muchos de nosotros soportamos de forma frecuente el mismo tipo de discurso sobreactuado de nuestros políticos regionales. Y no doy nombres ni señalaré con el dedo, que queda feo. Pero los acostumbrados a saraos varios sabrán a quiénes me refiero.

Críticas

Y, por último, lo que fue el centro de las críticas: el acento claramente español del inglés de la alcaldesa Botella. Miren, para mí lo triste no es ese acentazo castizo, lo triste es que muchos de nosotros, de los que hemos hecho broma de ello, probablemente lo tengamos peor que ella. O lo triste es que la gran mayoría de la gente que conozco y hemos hecho sangre con el asunto… ni siquiera nos hubiéramos atrevido a subir a ese estrado a hablar en inglés. El presidente de nuestro Gobierno, tampoco.

El segundo suceso ha saltado hace unos días en Twitter y después a los medios de comunicación nacionales. El protagonista: Benjamín Serra, un joven español con 2 carreras y un máster, que publica en su cuenta de Twitter una carta quejándose de que hoy limpia baños en el Reino Unido.

Ha sido retuiteado y difundido con furor en las redes sociales. Mi primera reacción fue la de lamentarme de que muchos de nuestros jóvenes tengan que salir fuera y que no les reconozcan su trabajo. Otra reacción facilona.

Digo reacción facilona, porque si analizamos en detalle el asunto hay algunos aspectos que merecen ser comentados. Aquí les copio unos fragmentos de esa carta abierta.

Carta

“Trabajo en una famosa cadena de cafeterías en el Reino Unido desde mayo. Y después de 5 meses trabajando allí, hoy por primera vez, me he visto desde fuera. Me he visto limpiando los aseos. Mi pensamiento ha sido: Soy Premio Extraordinario de Fin de carrera en mis 2 titulaciones y limpio la MIERDA de otros en un país que no es el mío. Bueno, también hago cafés, recojo las mesas y friego las tazas.

Y no me avergüenza hacerlo. Limpiar es un trabajo muy digno. Lo que me avergüenza es tener que hacerlo porque nadie me ha dado una oportunidad en España”.

Y un poco después en su misma carta:

“Hay algunos impresentables a los que me entran ganas de sacar mis títulos universitarios y de máster y ponérselos en la cara. Pero realmente no serviría de nada. Parece ser que esos títulos sólo sirven ahora mismo para limpiar la MIERDA que limpio yo en los aseos de la cafetería. Una lástima.

Yo creía que merecía algo mejor después de tanto esfuerzo en mi vida académica. Parece ser que me equivocaba.”

Algunas reflexiones que me sugieren estas palabras, y empiezo por el final.

Pensar que te mereces algo por tu esfuerzo en tu vida académica es el típico pensamiento de funcionario: me esfuerzo estudiando, apruebo una oposición y me pagan de por vida. Pero lamento comunicar que, en la vida real, las cosas no funcionan así, sino más bien: me preparo estudiando, aplico mis conocimientos y, si aporto valor, me pagan.

Universidad

Coincido en que los títulos de este muchacho, sin quitarle mérito por conseguirlos, efectivamente no le sirven de nada, pero porque ni siquiera con ellos sabe cómo aportar valor a alguien. Puede que su problema no sea sólo suyo y tenga que ver con lo que le enseñaron en la Universidad, a la que probablemente sus profesores ingresaron con el mismo pensamiento: yo estudié de forma brillante, así que me merezco un puesto de por vida. ¿Casualidad? Pudiera ser.

Por último, ¿nadie le ha dado una oportunidad en España mejor que limpiar baños en Londres? Permítame que lo dude. Y de nuevo se abunda en el pensamiento de otros me tienen que dar lo que me merezco.

Realidades

Nuestra realidad: vivimos en un país que no sabe cuál es el valor que aporta al resto del mundo, salvo existir con su título de gran nación y reclamar un puesto de por vida, y claro, así no nos dan ni los juegos olímpicos, ni inversiones, ni nada.

Nuestra realidad: nuestros estudiantes, probablemente las generaciones más preparadas en hacer oes con canutos, no tienen ni idea de qué pueden hacer que aporte valor a otros (que les haga ganar dinero, dicho en castellano puro). Y se encuentran con el mismo desconcierto y chasco que la delegación de Madrid: eliminados en la primera ronda.

Al menos este muchacho podrá pronunciar su discurso incluyendo a relaxing cup of té con mejor acento que los que nos hemos quedado aguantando los palos del sombrajo. ¿A usted le consuela? A mí no.

16 comentarios

  1. Genial, Prudencio. Enhorabuena.Dejame añadir algo. Este joven acabará aprendiendo, observando su entorno, aprendiendo inglés de maravilla, tal vez aprendiendo a dirigir al haber empezado desde abajo, y si su formación es tan buena y aprovecha los contactos que vaya haciendo, tal vez acabe siendo un gran empresario de una franquicia de comida rápida.
    Depende de él.
    Un abrazo.
    César

    1. Gracias por comentar César!

      Aprovecho y coloco yo también algunos otros comentarios. Por puntualizar.

      De entrada, éste joven ya se está ganando la vida, otros se quedan solo en el lamento.
      Ha tenido la valentía de irse fuera, otros se habrían quedado en su casa viendo la tele.
      Y no me cabe duda de que tiene talento (y no me refiero a que como periodista o experto en marketing y relaciones públicas haya conseguido salir en algunos medios de comunicación… asunto que parece ser casual), y que lo aprovechará.

      En definitiva, está teniendo una interesante lección de vida, pero me preocupa la “moraleja” que extrae y que difunde porque, en mi opinión, vá en una mala dirección para nuestra sociedad.

      Un abrazo!

  2. Escelente artículo Prudencio, efectivamente como dices el esfuerzo per se no lleva a nada si no aportas valor a otra parte, es duro pero cierto.

    1. Muchas gracias por tus palabras José Manuel, lo dices muy bien: es duro, durísimo… y aplicable a todos nosotros: yo el primero.

  3. Sencillamente genial. Admiro esa capacidad que demuestras de salir de la corriente para mirar las cosas desde fuera, evadirte de lo que la masa y algunos medios nos dicen que tenemos que pensar, y realizar una crítica objetiva e inteligente.
    Además lo has hecho con todo el tacto del mundo, aunque ya verás como alguno que no lo entenderá, intentará ver en tu reflexión un ataque que no ha existido a ese chico, por otro lado brillante en sus estudios, pero claramente con importantes carencias todavía como emprendedor. Tienes razón, aún no he oído a nadie quejarse de si mismo por no saber generar trabajo para él y para los demás.
    Gracias y enhorabuena.

    1. Muchas gracias Carlos, tus palabras son más que un halago!!

      Es verdad que no hay ataque: me cae bien el chaval y tiene su mérito lo que hace (y lo que ha hecho). Y aprovecho que me acercas el término emprendedor para anotar una cosa que se me achaca mucho cuando pongo ejemplos como éste: la solución no pasa porque éste chico se convierte en empresario (o emprendedor económico). Es más sencillo, pasa porque se plantée en serio para qué puede serle útil a otros. Cómo les va a ayudar a “hacer dinero”. Que de eso va el mercado laboral, por cierto. Como ésto te lo conoces bien, pues lo aplicas día a día, pues aprovecho y me cuelgo de tu comentario. 😉

      Un abrazo, Carlos!

  4. Ese chico no puede plantearse como generar valor para “hacer dinero” sencillamente porque en España existe un complejo por el “hacer dinero” solo comparable al de “ser español”.
    Querer ser empresario para ganar dinero y de paso, hacerlo ganar debería ser visto como algo positivo. Muchos españoles tienen una imagen del empresario similar a la del “Sr. Barnes” de los Simpson, y cambiar esa idea también debería ser tarea de las Universidades.

    1. Muy oportuno Fernando!

      A veces hay que recordar que el dinero no es ni bueno ni malo, que depende para qué lo utilices. Y, estoy de acuerdo contigo, nuestras Universidades deberían ayudar a prestigiar y acercar la figura del empresario… porque a poco que se hagan cuentas… su propia sostenibilidad depende de ello.

      Un abrazo!
      Prudencio Herrero Acebo

  5. Es muy común, por los españoles, el decir que los culpables siempre son otros. Nunca, parte, gran parte o toda la culpa, es nuestra. Nosotros lo hacemos de maravilla.

    Para poder dar forma a este pensamiento solemos usar tópicos que pensamos indiscutibles o, como comúnmente se diría, verdades irrefutables.

    Una de ellas es culpar a quien hace una afirmación. No, el es quien tiene que estar equivocado. No, es culpa suya que limpié la mierda de otros en otro país. No, el ha tenido oportunidades solo que no las ha querido aprovechar. Como no va a tenerlas si los empresarios españoles somos magníficos!.

    Lo siento, pero no. Los empresarios no somos magníficos, no. Muchos de nosotros no sabemos aprovechar la gente tan formada que tenemos. No les exprimimos salvo para conseguir el rápido dinero que podamos lo antes posible.

    No, no somos, muchos, capaces de ver por encima de nuestro “honor” y no aprovechamos esta gente para mejorar nuestros negocios. Quien mejor que nosotros para saber como funciona nuestro negocio o como mejorarlo.

    Si tanto sabe y tan listo es, que se vaya a Cuba… Digo que monté su propio negocio.

    P.S. Lo de la señora Botella es una vergüenza, si, una grave vergüenza y un bochorno. Y escudarse en que habrá gente que lo haga peor, una razón muy triste.

    Habrá gente que lo haga peor si, pero también quien lo haga mejor y esté más capacitado para el puesto. Error y fallo nuestro el “no detectarlo y permitir que estas personas lo ocupen” porque es un bien para nosotros.

    1. Hola Singular, gracias por comentar!

      Todos podemos hacer algo para mejorar la situación. Empresarios y trabajadores, políticos y sociedad civil. Cada uno de nosotros, debería contribuir, en nuestro ámbito. Por responsabilidad. Pero éso implica ser responsables con lo que somos, sabemos y podemos hacer. De éso vá el post.

      P.S. No voy a defender el papel de la Sra. Botella. No lo he pretendido. Ni siquiera conozco sus méritos (o deméritos) como alcaldesa. Me importan poco, porque vivo en Palencia y Madrid me pilla “lejos”. Me resulta difícil definir la capacitación que yo le pediría a un político. Tan sólo me atrevo a pedir que tenga la valentía de tomar decisiones y que lo haga de forma honrada. Si no sabe de un asunto, que se asesore. Pero que decida y haga que las cosas se hagan. Con éso me bastaría.

      Un saludo!

  6. Gran artículo, Prudencio.

    Efectivamente, nada se regala en este mundo: como bien apuntas, hay que ser excelentes, también hablando inglés… y limpiando WC si es lo que toca. Hacer algo de forma sobresaliente siempre ayuda a llegar lejos, aunque los inicios nunca sean sencillos.

    Un apunte en relación con lo que dice Carlos de que alguno no lo entenderá. Lo preocupante es que buena parte de los que no lo entenderían, no leerá en toda su vida algo como esto, porque se quedan en lo que se indica en la primera parte del artículo: en lo fácil, en el no pensar, y por lo tanto no tienen costumbre de acudir a lugares donde haya sentido crítico real… ese es el drama.

    1. Gracias Mauricio! Estoy de acuerdo contigo en que muchas veces no acudimos a donde se fomenta un espíritu crítico. No sé a ti, pero a mí me resulta difícil encontrar esas fuentes que lo fomenten y que no estén contaminadas del partidismo o de la intención. Y éso hace más difícil la tarea de ser crítico y constructivo a la vez. Pero yo estoy por la labor y seguiré buscando y escuchando a gente con criterio. Como tú eres uno de ellos… pues me encanta que hayas comentado el post. Un fuerte abrazo!!

  7. Pencho, Me ha gustado mucho tu artículo. Particularmente el que nos atrevamos a reflexionar más allá del borreguismo de dejar que otros nos preparen, mastiquen y siembren las opiniones. Últimamente tengo mis pequeñas batallas contra el borreguismo; lo lamento si suena arrogante, pero tampoco le voy a pedir perdón a nadie por mi opinión. De tu artículo, que creo que vale oro en cada párrafo, me quedo con una reflexión fundamental y es que el que no aporta valor no puede esperar ser remunerado. Trasladado al ámbito socio-económico de Castilla y León y buena parte de España, la verdad es que creo que muchísimos titulados recientes ni siquiera sabrían explicar en qué consiste eso de aportar valor. No bromeo, creo que tampoco exagero. Por tanto es imposible que se lancen a emprender, pues todo lo que les rodea y ha rodeado durante lustros les incitaba a renunciar a la iniciativa personal, especialmente la empresarial y aspirar a un puesto de trabajo estable y seguro, de preferencia en la administración pública. Si los jóvenes buscan estabilidad y seguridad apaga y vámonos. Para cerrar, un pequeño apunte que considero muy descriptivo: En Valladolid, cuando se veía a alguien que se lanzaba a montar un negocio no faltaban los que decían eso de “¿Adónde va ese iluminado?”. Si por lo que fuera se estrellaba, los mismos de antes decían lo de “Ya lo decía yo…”. Y si le iban bien las cosas el comentario era del tipo “Algo habrá hecho, no te puedes hacer rico sin robar”. En resumidas cuentas, mientras no cambie la percepción social y educativa del emprendedor mal vamos. Hace muchos años, trabajando para la UVA algunos tuvimos la idea de intentar lanzar un proyecto que contribuyera a mejorar la percepción que de los empresarios tenían los estudiantes universitarios. A saber en qué cajón terminó…Abrazos.FZF

    1. Muchas gracias Fernando!! Mira, tú eres un ejemplo de alguien que ha salido fuera de España a buscarse la vida y sabes bien que: un poco de casualidad, un poco de necesidad y un mucho de decisión personal te ha llevado a tener tu familia allí. Es verdad que nuestros estudiantes están un poco despistados con ésto. Exactamente igual que el conjunto de la sociedad, pues son un reflejo de ella. Y probablemente parecido a lo que nos pasaba a nosotros cuando éramos estudiantes. A nosotros nadie nos ha enseñado a aportar valor: lo hemos tenido que aprender. Y no estamos siendo capaces de acelerar el proceso trasladando a los jóvenes la información de lo que tienen por delante. Para que no malgasten tiempo y energía en cosas inútiles para ellos, para nuestra sociedad y para nuestra economía. Por último: habrá que abrir los cajones de la Universidad y rescatar ésa iniciativa! Un fuerte abrazo desde éste lado del charco!!

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