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Conectarse tras las vacaciones, sin cortocircuitos

Por: Félix Alberto Sanz
Cuando tenemos muchas tareas pendientes tras una ausencia queremos abarcar todas
Muchas veces, cuando tenemos muchas tareas pendientes tras una ausencia pretendemos abarcar todas de una vez.

El otro día me dijo una persona que “me ha venido muy bien el post que escribiste para desconectar del trabajo en mis vacaciones, ¿para cuándo el que corresponde a cómo hacer al regresar de ellas? Al volver a trabajar después de vacaciones  suelo tener muchísimas cosas que hacer y me estreso mucho el primer día, llegando a bloquearme”. Lo primero que pensé cuando me lo pidió es que ante el defecto de pedir… Después recapacité y dije que podía contar qué hago yo, que no sé si es lo mejor, pero que a mí me sirve.
Así que aquí va mi respuesta a su pregunta, a ver si le vale (y esa persona y a alguna más).

Lo primero que me viene a la mente al regresar de vacaciones es una de las máximas vitales de mi abuela: “poco a poco se llega lejos”.
Muchas veces, cuando tenemos muchas tareas pendientes tras una ausencia (algo normal al regresar de vacaciones) pretendemos abarcar todas de una vez, abarcarlas cuanto antes y terminarlas muy rápido, pues todas se han convertido en urgentes al estar en nuestra mente en tiempo presente, de modo inmediato. Eso nos genera mucho estrés, mucho desasosiego y esas ganas de resolver todo con urgencia lo único que provoca es que trabajemos mal y la mayoría de las veces de más. A poco que nos paremos, nos daremos cuenta de que muchas de esas cosas urgentes por hacer, en realidad son ya parte del pasado.

Por ejemplo, el mail que nos enviaron el martes de la semana pasada, es aquí y ahora para nosotros al leerlo, pero  ya es hace unos días para quién lo envió y puede que incluso se haya resuelto ya lo que quiera que fuese que incluía, ponernos a ejecutar rápidamente lo que demanda no nos va a traer ningún bien.

Repasar el pasado

Es por ello que mejor avanzar poco a poco, para así llegar más lejos. Es más, yo creo que es mejor empezar sin avanzar, si no retrocediendo.
A mí lo que me gusta hacer a mi regreso es repasar el pasado, qué ha sucedido en mi ausencia. Pero sólo eso, sólo recabar información, nada más. Hablar con nuestro equipo, con los superiores, leer correos pendientes, saber qué se ha hecho… Eso nos ayudará a ponernos en situación, a saber dónde y cómo estamos.

A partir de ahí yo suelo hacer un listado de asuntos que hayan quedado realmente retrasados y haya que sacar adelante, más los que había agendado antes de mi marcha para hacer a la vuelta.

Ahora ya sabemos qué ha pasado cuando no estábamos y qué tenemos que hacer (que no es poco saber). Es momento de priorizar qué hacer con ello y en qué orden. A mí me gusta empezar con aquello que sea más sencillo para mí y menos tiempo me lleve, poner al principio las tareas que sean más sencillas hace que me quite muchas de ellas en poco tiempo y tachar tareas del listado y ver cómo éste se reduce siempre es muy gratificante. Recordemos además que llevamos muchos días sin hacer nada, si empezamos con algo muy complejo y que requiere mucho tiempo lo más probable es que no rindamos como otros días y ello nos frustre y recomencemos con mal pie. Además, tampoco es plan de nada más volver tener agujetas mentales ¿no?

Y a partir de ahí ya sólo queda una cosa: hacer lo que hayamos decidido que vamos a hacer y en el orden que hemos decidido hacerlo (ser disciplinados en ello), recordando de nuevo, eso sí, que poco a poco se llega lejos y que si hemos logrado vaciar la botella, poco sentido tiene desbordarla de nuevo el primer día.

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