La industria de animación española es uno de los sectores audiovisuales con mayor proyección internacional: ocupa el tercer puesto en Europa en número de exportaciones y séptimo a nivel mundial, con producciones vendidas más de 150 países, incluyendo Estados Unidos y Japón. Su calidad y profesionalidad están altamente consideradas en los mercados exteriores, de donde obtienen entre el 50% y el 80% de su facturación anual, frente al 25% que alcanzan otras productoras de ficción.
“La captación de capital del exterior es clave para el desarrollo del sector. Casos como el de Pocoyó hablan por sí solos. El gran éxito de esta serie tiene su origen en el apoyo económico de la juguetera japonesa Bandai y la distribución por ITV Global de Reino Unido”, explica el ICEX. Además, la recaudación de las películas de animación española a nivel internacional cuenta con éxitos como Planet 51, que fue el largometraje español más vendido internacionalmente en 2009.
En paralelo a la venta de derechos de emisión, evoluciona el desarrollo del merchandising, generando marcas de éxito de largo recorrido para las productoras y las televisiones, lo que ha posibilitado fenómenos tan importantes y consolidados como Pocoyó o Las tres mellizas.
Diseño y lenguaje innovador
A juicio del ICEX, este éxito se debe a que la animación española busca una “constante renovación, con diseños rompedores, técnicas innovadoras y lenguajes que hagan atractivas sus producciones y a la vez cuidando la universalidad de los valores a transmitir a través del entretenimiento”.
Se trata de un sector que evoluciona en consonancia a los cambios tecnológicos y los nuevos hábitos de ocio, lo que abre nuevas perspectivas en la explotación de contenidos digitales e interactivos: se permite comercializar y extender el consumo de los derechos de emisión on line e interactivos para los grandes portales de vídeo de Internet y los nuevos dispositivos electrónicas como el iPhone, iPad, Android o videoconsolas en 3D.
Castilla y León Económica
