Tomás Villanueva, vicepresidente segundo de la Junta y consejero de Economía y Empleo, consideró que Caja España-Duero podría necesitar unos 1.000 millones “o un poco más” para su recapitalización en los términos en los que ha avanzado el Gobierno central. Tras participar en un encuentro organizado por la Universidad de Valladolid sobre El futuro de las cajas de ahorro en Castilla y León, Villanueva explicó que la cifra sale de un balance y “será la que tenga que ser”, ya que es la propia entidad la que tendría que determinar exactamente lo que necesita.
En este sentido, aclaró que hay que conocer los términos exactos de la normativa avanzada por el Gobierno en palabras de Elena Salgado, ministra de Economía, y de la que por el momento sólo se conoce la “letra pequeña”, que cifra en un mínimo de capital básico del 8% de los activos ponderados por riesgo de cada entidad, aunque podría ser de entre el 9 y el 10%. Ante este nuevo marco, el consejero pidió sensibilidad a la comunidad autónoma, acompañada de “tranquilidad”, aunque también transmitió su preocupación porque la nueva normativa que se plantea “no es consecuencia de lo anterior” y cree que podía haberse concluido con una estrategia que culminará en la insolvencia del sistema financiero.
Apoyo incondicional
Al mismo tiempo, subrayó que el Gobierno autonómico hará “todo lo posible” por apoyar a Caja España-Duero, porque la considera “necesaria” para el futuro de la región. Además, aclaró que también apoya a los 3 SIP en los que participan entidades de ahorro de la comunidad autónoma, “sin ninguna duda”. A este respecto, cree que la reestructuración de las cajas “se ha hecho muy lentamente” y que “no hay ideas claras” y puso como ejemplo que en julio de 2010 el Gobierno central aprobara un decreto ley y a los 2 meses y medio, mediante una enmienda en una ley sobre créditos, se modificara.
Además, mostró su convencimiento de que el problema de los mercados de capitales no es precisamente la desconfianza por las cajas, aunque pueda ser cómo se han gestionado o dónde han invertido, pero no su endeudamiento. “Saben a quién han prestado, en qué condiciones han prestado”, indicó Villanueva, quien cree que la falta de credibilidad es de la economía española, del “excesivo apalancamiento que tiene” y la falta de confianza en si el país, mediante trabajo y producción, es capaz de devolver la deuda exterior. Por ello, “tratar de obtener la buena imagen en el ámbito internacional a base de hacer desaparecer las cajas del país” le parece “precipitado” y cree que “no es la solución”.
En este punto, aseguró que hay un proyecto en Castilla y León “muy vinculado a la tierra”, formado por entidades “exclusivamente” de la región, que no le gustaría que “se orientara mal y terminara no fortalecido, sino todo lo contrario”.
Compromiso con Castilla y León
Por su parte, Evaristo del Canto, presidente de Caja España-Duero, se mostró convencido de que las cajas de ahorro de la región sabrán dar los pasos para reforzar su solvencia, eficacia y rentabilidad, además de mantener su compromiso con el desarrollo económico y social con el territorio de Castilla y León, “la verdadera razón de su existencia”.
En este sentido recordó que la Federación de Cajas de la comunidad autónoma trabaja en un nuevo modelo y estructura tras los cambios que se han producido en el conjunto de la región, e insistió en que las 5 entidades actuales (4 de ellas integradas en SIP) ya han manifestado de forma “unánime” que mantendrán su compromiso con Castilla y León en todos los casos, independientemente de su integración en otros sistemas.
En su opinión, estas entidades afrontarán de forma exitosa los procesos que exige la nueva regulación, que “estimula sensiblemente” la conversión de las cajas en bancos. Al respecto, aclaro que, aunque el Gobierno no impone esta transformación, sí lo impulsa al condicionar que sean éstos los que reciban las ayudas si no han sido capaces de llevar a cabo la recapitalización.
Europa Press / Castilla y León Económica