BBVA cuenta con más de 4.000 clientes de banca privada en Castilla y León, una división a través de la que gestionó en España activos por valor de 74.274 millones de euros a cierre de 2019, un 7,6% más que en el ejercicio anterior, pertenecientes a una cartera compuesta por más de 61.700 personas.
Del total de esta cuantía, cerca de 18.000 millones corresponden al negocio de altos patrimonios, con un crecimiento del 8,4% el año pasado. “El perfil de los clientes de esta comunidad autónoma no dista demasiado del de otras regiones, aunque sí se observa ligeramente un mayor conservadurismo en sus inversiones. No obstante, la persistente situación con tipos de interés bajos o incluso negativos les ha llevado a asumir algo más de riesgo para rentabilizar sus ahorros y al menos poder batir la inflación”, explica Fernando Ruiz Estébanez, director de Banca Privada de la Territorial Noroeste de BBVA, segunda entidad de nuestro país por volumen gestionado en esta línea de negocio.
En la actualidad, según reconoce este ejecutivo, con los tipos de interés vigentes la tendencia pasa por abandonar las opciones más tradicionales como los plazos fijos o la propia inversión directa para decantarse por otros como fondos de inversión o vehículos de gestión discrecional. Este paso ha llevado también a inversiones más diversificadas tanto geográfica como sectorialmente y a ampliar el abanico de productos y gestoras utilizadas.
Digitalización
“Los banqueros privados de BBVA son claves en la relación con los clientes y piedra angular del servicio. En estos momentos, y eso ha evolucionado en los últimos años, combina la tradicional relación personalizada con un avance relevante en la digitalización y con una superficie de contacto cada vez mayor y que cada vez requiere más especialización”, asegura Ruiz Estébanez, quien añade: “banquero y cliente definen en cada momento las mejores estrategias de inversión de acuerdo a su perfil de riesgo, objetivos, situación personal, familiar y empresarial y al entorno de mercado”.
En ese asesoramiento, estos profesionales con una formación acreditada y una amplia experiencia en este ámbito, un total de 28 en Castilla y León repartidos por 13 oficinas, cuentan con el apoyo de un equipo de expertos en las áreas esenciales para la gestión del patrimonio de sus clientes, como son la planificación patrimonial, las soluciones de inversión, análisis de mercados o las inversiones empresariales, entre otras.
Inversión diversificada
BBVA trabaja en la ampliación del universo de inversión de los clientes, que está cada vez más diversificado, con mayor control de los riesgos y con “propuestas de más valor que buscan rentabilidades estables en el largo plazo. Los fondos de inversión, no sólo propios sino también de terceros, son el activo preferido en muchos casos dentro de vehículos de carteras gestionadas. También los ETFs y los fondos índices siguen ganando espacio. Asimismo, la inversión en megatendencias y con criterios ESG está elevando el número de adeptos y no como una moda, sino como algo que ha venido para quedarse”.
En este sentido, Ruiz Estébanez aboga también por la orientación integral y especializada y la digitalización, con funcionalidades que acompañen el asesoramiento del banquero y faciliten el día a día para que el tiempo se dedique a gestiones de valor que realmente ayuden en la gestión del patrimonio. Un ejemplo de ello son la firma digital, la consulta online, la transaccionalidad en canales, las comunicaciones seguras con el banquero multicanal o el reporting online.
Más información en el número de octubre de Castilla y León Económica
