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¿Hay alguien ahí?

Por: Eduardo Estévez
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Cuando escucho y leo declaraciones tales como “no vamos a permitir que nadie se aproveche de esta crisis”, “no se puede utilizar el COVID para despedir” o “revisaremos todos los ERTES para evitar el fraude”, etc, me entristece, me duele, me indigna.

Creo que todos podemos estar de acuerdo en que la crisis del Covid-19 es un problema gravísimo y, por tanto, muy difícil de gestionar para cualquiera, tanto a nivel sanitario como económico. Entiendan por cualquiera a cualquier Gobierno al que le hubiese tocado gestionar esta patata caliente. Pero no es menos cierto que en la mano de los responsables políticos está el responder de un modo u otro en lo relativo a la gestión de esta amenaza. Porque tal como dice Fernando Savater, “no somos libres de elegir lo que nos sucede, pero sí lo somos a la hora de afrontar de un modo u otro lo que nos sucede”.

No entraré en esta líneas a valorar la idoneidad de los momentos ni las medidas concretas. Entiendo que son tiempos difíciles también para tomar decisiones políticas y que todos hemos de realizar el esfuerzo de estar unidos en esta terrible situación. Pero no puedo dejar de pasar por alto algo que me preocupa e incluso reconozco que me aterroriza: el concepto de empresa de este Gobierno, especialmente de la ministra de Trabajo.

Visión injusta de la empesa

Cuando escucho y leo declaraciones tales como “no vamos a permitir que nadie se aproveche de esta crisis”, “no se puede utilizar el COVID para despedir” o “revisaremos todos los ERTES para evitar el fraude”, etc, me entristece, me duele, me indigna. Al final, lo que se esconde -ya no tan veladamente- es una visión de la empresa, del empresario, tan injusta como alejada de la realidad.

La empresa es un bien común y hoy en día un bien escaso al que hay que defender y entender como esencial para el desarrollo social y económico de nuestro país. Los empresarios no quieren despedir, sino todo lo contrario: quieren contratar mucho y bien, puesto que es la mejor señal de que las cosas marchan de modo positivo. El empresario (perdón, y empresaria, por si algún tonto se ofende) es el primero de los trabajadores, el primero al estar al frente del resto del equipo. Me cuesta comprender por qué algunos se empeñan en enfrentar ambos conceptos cuando no hay tantas diferencias. Quizás el riesgo es la única, y no conviene sacar pecho puesto que es una circunstancia correlativa al emprendimiento. Porque a nivel de trabajo, tanto empresarios o trabajadores son esenciales para nuestro bienestar, para nuestras familias.

La empresa como parte de la solución

La empresa, y en particular la empresa familiar, debe ser parte de la solución, y no es el problema. Puedo entender que algunas ideologías se encuentran cómodas en el enfrentamiento conceptual y que encuentran su sentido en el anti. Pero también pienso que la inmensa mayoría de la sociedad entiende que la figura de le empresa no está en entredicho. Lo que no tengo tan claro es que esta inmensa mayoría de la sociedad dé el paso a pensar de modo activo que no sólo no está en entredicho, sino que además la figura de la empresa en necesaria y solidaria.

Está muy bien recibir mensajes de ánimo en general o decir que “de ésta saldremos juntos”, etc, pero más importante son que los hechos acompañen al bla, bla, bla. Estamos entrando en una España dividida en dos: lo que van a cobrar a fin de mes y los que no; las empresas que sobrevivirán y las que no. Para evitarlo, es ahora cuando han de tomarse las medidas adecuadas de cara al día después, que será duro para todos. Por eso me pregunto que si hay alguien ahí, por favor que dé la patada y entre, con liderazgo y firmeza, a tomar decisiones prácticas y sin la ideología de fondo. Si hay alguien, por favor que levante la mano.

12 comentarios

  1. Eduardo: muy buen artículo. Este gobierno quiere liquidar la empresa, fundamental para imponer su agenda comunista, que Nadie se engañe

    1. Hemos de educar a nuestros hijos y nuestro entorno en que la empresa y el empresario no son los enemigos sino todo lo contrario, grantes activos del estado del bienestar

  2. Bravo. Bravo por fin hay gente comprometida con la verdad de su opinión. Guste o no guste … muy prudente en la redacción, por que el Hartazgo que vivimos de la NO acción Quiebra de toda paciencia. Enhorabuena y a perseguir la verdad.

  3. Enhorabuena y gracias por su artículo
    ¿Por qué esto es tan difícil de entender? ¿Sobre todo por la ministra de, supuestamente, TRABAJO?

  4. Algunas personas consideran la empresa privada como un tigre depredador que debe ser fusilado. Otros la ven como una vaca que se puede ordeñar. No muchas personas la ven como un caballo sano, tirando de un carro robusto.

    – Winston Churchill

  5. Enfrentar a la empresa con los trabajadores es una mala opción, nadie gana. Aquí se necesitan soluciones inmediatas y rápidas, y por supuesto un clima de confianza en el que todos rememos en la misma dirección. Si yo pienso que con el que me tengo que entender quiere engañarme es más difícil el acuerdo….

  6. Los empresarios nos estamos viendo en la extraña tesitura de tener que arrimar el hombro por iniciativa propia, como sociedad civil sin fisuras; pero también en la necesidad de comenzar a alzar la voz ante tendencias que impregnan la gestión y que unidas a la desinformación adoctrinante nos abocan hacia un día después que puede ser peor que el durante. Y esto no es algo forzosamente necesario o inevitable, ni una circunstancia simétricamente globalizada. Cuidado con la resignación conceptual. Es un mal para el país y hoy no toca.

    Vacunémonos también contra el síndrome de Estocolmo

    Fuerte abrazo Eduardo y gracias por seguir al pie del cañón en un momento especialmente duro.

  7. Es la empresa privada la que va a sacar este país del agujero en el que se ha metido gracias al desgobierno actual y es la empresa privada la que tirará para recuperar el país. No esperemos nada de un desgobierno poblado de egos, ignorancia, incompetencia, mentiras, manipulación etc etc etc

  8. Excelente tu artículo Eduardo! No puedo estar más de acuerdo. Ya se está demostrando la enorme aportación que está llevando a cabo la empresa privada, grande o pequeña, cada uno en la medida de sus posibilidades, para paliar este enorme problema, a pesar de los continuos desatinos del gobierno central. Saludos.

  9. Termina abril. Comenzamos a ver el final del tunel, pero la luz que se vislumbra es de nubarrones. No obstante creo que Castilla y León, desde 2021, podrá contar con importantes oportunidades de progreso si se empieza a preparar para ello. Seguiremos informando….con permiso del Gobierno, desde luego.

  10. Lo siento…. pero voy a discrepar. No en el artículo que me parece perfecto en el fondo y en la forma (esto último por su mesura) sino en las medidas a tomar.
    La empresa no se considera la solución por la Ministra de Trabajo y adláteres (ella es solo la puta del iceberg) sino el enemigo a batir a eliminar si es posible. En consecuencia no podemos esperar que de ellos parta la solución. Cuando se considera que los derechos de los trabajadores se conculcan (sea verdad o no) hay manifestaciones sindicales en las calles, artículos de opinión, entrevistas etc. con los que intoxicar al ciudadano.
    Cuando se machaca literalmente al empresario (y me refiero al pequeño y mediano evidentemente) la reacción no va más allá de artículos alguna entrevista etc. sin un eco o repercusión excesiva en la opinión pública pero que hacen (hacemos) realmente los empresarios… la respuesta es… NADA.
    No hay ninguna acción conjunta, coordinada, fuerte, efectiva, rápida y eso es debido simple y llanamente porque los empresarios no tienen una voz única que presione no ya a nivel estatal sino ni siquiera regional, son todo luchas cainitas, egos, cuotas, etc. que lo que hacen debilitar….. Y ASÍ NOS VA.
    Es decir no podemos esperar que ALGUIEN HAGA ALGO por los empresarios.
    Perdón por la extensión y por los posibles errores, lo he escrito sobre la marcha y más con el corazón que con la cabeza

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