En el marco de un nuevo posicionamiento centrado en los vinos de alta gama, Bodegas Vilano ha desarrollado un Plan de Crecimiento que pasa, por un lado, por el incremento exponencial en nuevos mercados; y por otro, por el refuerzo de su Plan Estratégico de Comunicación. En este contexto, la empresa burgalesa ha cambiado su imagen y renombra su marca como Vilano.
Desde su fundación en 1957 hasta 1999, la bodega fue conocida como Virgen de Fátima, para denominarse posteriormente Bodegas Viña Vilano. Sin embargo, su progresivo crecimiento y la conquista de mercados internacionales, así como una Estrategia de Comunicación trazada con el objetivo de alcanzar nuevos retos y de adaptar la estructura de la compañía a los incipientes cambios sociales, han conducido a la Dirección a proponer un cambio en el nombre oficial de la empresa.
Nuevo logotipo
El desarrollo internacional de la marca principal, Viña Vilano, supuso en 2018 la mitad de la facturación total de la empresa y su presencia en numerosos países de varios continentes, lo que ha llevado a modificar el nombre de la marca, eliminando la palabra ‘viña’, de difícil comprensión y pronunciación fuera del entorno hispano parlante. Todo ello, ya es visible tanto en el etiquetado de sus vinos, como en el renovado logotipo de la compañía.
De esta forma, la compañía refuerza la comunicación dirigida a foros extranjeros, pero sin olvidar el mercado nacional, que también saldrá beneficiado con estos cambios estratégicos. Según sus responsables, Bodegas Vilano “sorprende así con nueva visión, pero mantiene intacta su apuesta por la calidad y la excelencia”.
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