Pilar del Olmo, consejera de Economía y Hacienda de la Junta, se mostró confiada en que la economía de Castilla y León crezca en 2019 por encima del 2% que se ha conseguido desde el año 2015 con el objetivo de seguir creando empleo en la comunidad autónoma.
Tras reconocer que este año no hay previsiones económicas, ya que la Junta decidió no presentar el proyecto de Presupuestos de la Comunidad para 2019, Del Olmo auguró un crecimiento de la economía regional en ese 2% a pesar de la “desaceleración, que no crecimiento en en negativo” que se registró en los 2 últimos trimestres de 2018.
“Confío en que en 2019 Castilla y León crezca en tasas por encima del 2% interanual”, añadió la consejera de Economía y Hacienda, que aprovechó la ocasión para reivindicar medidas que favorezcan la actividad económica y permitan frenar la desaceleración económica de España que, según ha reconocido también, ha liderado el crecimiento económico en la UE.
Del Olmo apuntó que el cumplimiento de sus previsiones económicas para 2019 dependen de que todo “vaya normal” y de que no haya “medidas raras” y consideró como “fundamental” también que haya estabilidad política y económica tanto en España como en el entorno europeo, pendiente del Brexit y de la forma de salida del Reino Unido.
A esto añadió los efectos de la política comercial de EE UU y de los acuerdos que firme la propia UE convencida de que está todo “muy interrelacionado”, de modo que sus decisiones pueden afectar a “sectores potentes” en Castilla y León, como la industria.
Balance 2018
La economía de Castilla y León creció un 2,9 por ciento a lo largo del año 2018, 4 décimas por encima de la tasa anotada en 2017, “un mal año” que cerró el ejercicio con un aumento del 2,5% como consecuencia de la pertinaz sequía y sus efectos negativos en la cosecha de cereales y en la producción de las ramas energéticas, 2 sectores que en 2018 “fueron mejor”, según detalló Del Olmo durante la presentación este lunes de los datos de la Contabilidad Regional Trimestral de Castilla y León correspondientes al cuarto trimestre de 2018 que, en una “primera estimación” sobre datos coyunturales y, por lo tanto, revisables, dejan ese crecimiento del 2,9% para la economía castellano y leonesa, por encima del 2,5% calculado para España, al 1,8% de la zona Euro y el 1,9% de la UE.
Según precisó la consejera, el crecimiento de la economía de Castilla y León se aceleró en la primera mitad de 2018 y se contrajo en los 2 últimos trimestres a lo que añadió que se consiguieron mejorar los resultados de empleo que, en línea con el comportamiento de la actividad, aumentaron un 1% en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (10.447 en términos absolutos), frente al 0,8% del ejercicio precedente.
Empleo
El empleo aumentó en todos los sectores, menos en servicios, y registraró la mejor evolución en el sector primario y en la industria respecto del año anterior. “Por quinto año consecutivos Castilla y León registra tasas de de crecimiento positivas por encima del 2% lo que se ha traducido en creación de empleo”, subrayó la consejera de Economía y Hacienda, que cifró en 70.000 el crecimiento de las personas ocupadas en esta legislatura, la mitad de ellos en industria.
Dicho esto y tras significar ese aumento del 1% del empleo el pasado año, hizo hincapié en la conveniencia de comparar las cifras de finales de 2017 y de finales de 2018 que arrojan un “dato más relevante” de más de 25.000 personas en términos EPA.
Sectores
Según detalló, el mejor comportamiento del VAB desde la perspectiva de la oferta se registró en el sector primario, con un crecimiento del 12,1% en 2018, frente al decrecimiento registrado en 2017; mientras que el resto de los sectores crecieron menos que el año precedente.
En el caso concreto del sector primario el tirón de la producción agraria compensó en parte el menor crecimiento de la producción ganadera registrado en 2018.
En cuanto a la industria anotó una variación anual del 1,3% en 2018, 3 décimas inferior a la de 2017 (1,6%), por la desaceleración de las ramas manufactureras hasta alcanzar el 1,6%, mientras las ramas energéticas anotaron un menor descenso al quedarse en un -1,5% frente al -9,6% que anotó en 2017 por la falta de lluvias.
Por su parte, la construcción creció un 2,9% en 2018, 4 décimas menos que en 2017 que cerró con un 3,3%. En este caso, la obra civil aumentó su actividad frente al descenso en la edificación no residencial y la desaceleración de la edificación residencial respecto del año precedente.
Finalmente, el conjunto del sector servicios creció un 3%, 4 décimas menos que en 2017, por el menor crecimiento de los servicios de mercado, que pasaron del 4,3% al 3,2%, y a una aceleración de los servicios no de mercado que han pasado del 0,6% al 2,2%.
Demanda interna y externa
Según detalló la consejera, desde el punto de vista de la demanda, el mayor crecimiento del PIB se explica por la menor contribución negativa de la demanda externa que ha restado -0,1 puntos frente a los -1,3 de 2017, mientras que la demanda interna ha anotado una aportación de 3 puntos, 8 décimas menos que en 2017.
Del Olmo constató una desaceleración del gasto en consumo final que pasó del 2,7% de 2017 al 2,4% de 2018 a pesar de que el gasto en consumo final de los hogares aumentó el 2,8%, 3 décimas más que en el año anterior. En este caso, la caída se debe al gasto en consumo final de las Administraciones públicas que pasó del 3,3% en 2017 al 1,4% del pasado año.
En cuanto a la formación bruta de capital o inversión, aumentó un 4,5% durante 2018, de nuevo por debajo de las cifras registradas en 2017 (5,2%). En este caso, la inversión en bienes de equipo aumentó un 3,4%, frente al 3,9% de 2017, mientras que la inversión en construcción registró un aumento también inferior al del año precedente (5,1% y 5,6%, respectivamente).
Por su parte, la variación de existencias mantuvo un efecto neutro sobre el crecimiento del PIB, al igual que en 2017, mientras que en el caso del sector exterior las importaciones totales se desaceleraron en mayor medida que las exportaciones totales, con variaciones del 0,4% y 0,3%, respectivamente, en el ejercicio 2018.
Cuarto trimestre
En el caso concreto de la contabilidad regional del cuarto trimestre y según los datos facilitados también por la consejera, el Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León registró un crecimiento interanual del 2,5%, 5 décimas menos que el anterior, lo que constata esa desaceleración contemplada a lo largo del año que comenzó con un 2,9% en el primer trimestre, para subir al 3,4% en el segundo y bajar al 3% y al 2,5% en el tercer y cuarto trimestre, respectivamente.
Así, la variación intertrimestral se situó en el 0,3% en este periodo (0,1% en el precedente, 1,2% en el segundo y 0,9% en el tercero).
Desde la perspectiva de la oferta, en el cuarto trimestre de 2018 se produjo un mayor crecimiento del VAB del sector primario y de la construcción, que tiraron de la economía de Castilla y León, con una “ligera desaceleración” en los servicios y un descenso del 0,1% en la industria frente al aumento del 1,8% del periodo precedente.
Del Olmo explicó al respecto que las ramas energéticas decrecieron el 10,5% interanual (se elevaron el 10,4% en el trimestre precedente) por la “significativa bajada” del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, mientras que las ramas manufactureras presentaron una variación anual del 1,1 por ciento en este trimestre, similar a la reflejada en el anterior (1%), y se observó un mejor comportamiento de la industria alimentaria y del material de transporte.
Desde el punto de vista de la demanda, en el cuarto trimestre de 2018 se redujo la aportación de la demanda interna al crecimiento del PIB respecto del periodo julio-septiembre, de 3,5 a 2,4 puntos porcentuales, mientras que la contribución del sector exterior pasa de -0,4 a 0,1 puntos porcentuales.
Castilla y León Económica / Europa Press
