El principal proyecto en el que trabaja en la actualidad la cooperativa zamorana Asovino es la construcción de una sala de despiece en el Polígono Industrial de Coreses (Zamora), que está previsto que entre en funcionamiento antes de finalizar el presente ejercicio. La instalación estará dotada de cámara de recepción, cámaras de conservación y expedición, cámara de despojos, sala de despiece y envasado, túnel de congelación y cámara de conservación de congelado. Hasta que este proyecto vea la luz, la cooperativa realiza esta actividad en unas instalaciones alquiladas en Laguna de Duero (Valladolid).
La cooperativa, que posee 320 socios, la gran mayoría de la provincia de Zamora, cerró el último ejercicio con 20 millones de euros de cifra de negocio y su previsión apunta a alcanzar los 21,5 millones en 2018.
Actividad principal
La principal actividad de la cooperativa, que concentra casi el 50% de su facturación, es la comercialización de leche de oveja y cabra, que se ha ido incrementando paulatinamente con el paso de los años, con la entrada de nuevos socios, el aumento del número de cabezas por explotación y la mejora genética hasta superar los 13 millones de litros de leche de oveja, de los que 600.000 litros corresponden a Denominación de Origen Queso Zamorano. En el caso de la leche de cabra, la evolución “ha sido muy irregular por las grandes fluctuaciones de precios”, sostienen los responsables de Asovino.
La segunda actividad empresarial que desarrolla la cooperativa por cifra de facturación es la comercialización de carne, con un volumen anual de en torno a 120.000 lechales, además de 11.000 ovejas de desvieje. Casi la mitad de los socios de Asovino sólo comercializan carne, un número que va en aumento.
El punto de inflexión de la venta de lechazos en la sociedad se produce en 2006, al pasar de vender los lechales en vivo a distintos operadores y mataderos a apostar por la comercialización en canal, lo que permite diversificar la oferta y aumentar el número de lechales sacrificados por la cooperativa. A ello se suma que en 2007 se inicia el despiece de lechales sacrificados en piernas, paletas o carret, actividad que se ha convertido en “una de nuestras mayores bazas y nuestro distintivo en el mercado”, indican sus responsables.
Marca ‘Lechacito’
En 2008 se registra la marca Lechacito “para diferenciar nuestros lechales en el mercado y cobrar el precio justo por su calidad. A partir de ahí etiquetamos toda nuestra producción en canal y despiece”, apuntan. Desde ese año se incrementa el nivel de sacrificios y despiece hasta llegar a representar el 75% de la producción (90.000 canales de 120.000 lechales, de los que se destinan a despiece unos 52.000 animales).
“Somos conscientes de nuestro potencial ganadero en lechales, pues tenemos una gran cantidad de explotaciones situadas en la comarcas del noroeste zamorano. Sus razas (churra y castellana blanca y negra) y su modo de pastoreo, aprovechando los recursos naturales y suplementando la alimentación sólo en momentos puntuales, nos otorgan unos lechales de excelente calidad”, sostienen. En 2017 se comercializaron 28.630 lechales bajo Indicación Geográfica Protegida Lechazo de Castilla y León con la marca Asovino; y el resto, con la enseña Lechacito, se comercializó etiquetado en Tierra de Sabor.
Otros servicios
Otros servicios que ofrece Asovino a sus socios son la recogida de ovejas de desvieje “que es muy valorado y ha tenido una gran acogida”, indican los responsables de la cooperativa; la comercialización de 12,3 millones de kilos de piensos y mezclas para las explotaciones de sus asociados; la venta de medicamentos y material ganadero; servicios veterinarios y de formación, siendo este último uno de los pilares en los que se asienta esta empresa social.
Cabe destacar el servicio de sustitución, una iniciativa en la que Asovino fue una de las pioneras en Castilla y León en ofrecerlo. Consiste en cubrir el trabajo de un socio en el ejercicio de sus tareas como titular de una explotación cuando debe ausentarse por causas de fuerza mayor, como enfermedad o accidente, además de permitirles conciliar su vida laboral y familiar, facilitando su asistencia a celebraciones, programación de viajes y períodos de descanso.
Más información en el número de agosto de la revista Castilla y León Económica
