Hace unos meses que GMV inauguró en Boecillo (Valladolid) un Centro de Respuesta ante Incidentes de Ciberseguridad (CERT), desde el que los expertos “desarrollan medidas preventivas y reactivas ante problemas de seguridad en los sistemas de información de nuestros clientes de todo el mundo. Estudian el estado de redes y ordenadores y proporcionan servicios de respuesta ante estas situaciones, publican alertas relativas a amenazas y vulnerabilidades y ofrecen información que ayuda a mejorar la seguridad de las empresas para las que trabajamos”, explica Luis Fernando Álvarez-Gascón, director general de Secure e-Solutions de GMV, división a la que pertenece el CERT vallisoletano, que opera a nivel internacional y supone “una apuesta por el equipo que trabaja allí y por el talento que se genera en Castilla y León”.
Álvarez-Gascón destaca que en el ámbito de la ciberseguridad existe una importante brecha entre las compañías que están preparadas para afrontar estas situaciones, normalmente líderes en el sector financiero o de las telecomunicaciones, y las pymes, “en las que ni el nivel de tecnología ni el de conocimiento es equiparable”.
El ejecutivo de GMV añade que muchos negocios “no son conscientes de lo vulnerables que son a un ataque digital”. A su juicio, la nueva legislación, como es el caso de la Directiva Europea de Seguridad en Redes y Sistemas de Información, “está obligando a que estas empresas adopten medidas que por sí mismas no implantarían”.
El director general de Secure e-Solutions de GMV comenta también la importancia de la ciberseguridad en la Industria 4.0, ya que es un modelo en el que los flujos de datos y de información son una parte esencial de la generación de valor añadido, por lo que las ciberamenazas son más relevantes que en otras áreas.
Una situación similar ocurre en el sector de la automoción. Al respecto, Álvarez-Gascón apunta: “los grandes constructores ven el futuro del automóvil como una plataforma digital con ruedas, no tanto como un coche conectado, sino como un sistema digital con la capacidad de resolver los problemas de movilidad de los ciudadanos. Esto supone un cambio radical en cuanto al escenario de riesgos del automóvil”.
Formación continua
Por último, Álvarez-Gascón reclama a las universidades que se adapten a la nueva realidad y generen el “mix de titulaciones y cualificaciones que necesita la economía”; mientras que recuerda a las empresas y trabajadores que evolucionen hacia la formación continua.
“El paradigma de la vida laboral ha cambiado, una persona de 50 años ya no sabe más que una de 25 años en todas las áreas. Ya no es una cuestión de jerarquía, sino de meritocracia”, concluye.
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