Que una multinacional líder mundial en su sector ponga sus ojos en España siempre es una magnífica noticia. Que Castilla y León sea la ubicación elegida para su implantación es una excelente buena nueva para esta tierra. Que la inversión de esa empresa en el último lustro supere los 260 millones de euros empieza a sonar a ciencia ficción. Pero es un hecho tan real como el que relatamos.
Kronospan es una compañía austriaca con más de un siglo de historia, líder mundial en fabricación de tableros, tanto aglomerado como de media densidad (MDF), teniendo un tamaño más grande que el segundo y tercer fabricante juntos. En la actualidad posee 44 fábricas en todo el mundo, principalmente en Europa, factura más de 5.000 millones de euros y emplea a más de 14.500 trabajadores. Incluso posee una naviera propia para transportar su producción. Hasta hace un lustro no tenía presencia productiva en España, pero sí tenía sus ojos puestos en nuestro país, con interés en acceder a nuestro mercado.
A la sazón, el Grupo Interbon desarrollaba en Burgos una actividad idéntica a la de la multinacional austriaca. Javier Macicior, actual director general de Kronospan en España y en aquella época subdirector del Grupo Interbon en Burgos, recuerda que la crisis pilló a esta empresa con el pie cambiado, “pues había realizado importantes inversiones en Burgos y su apalancamiento era grande”.
El tsunami se llevó por delante a esta compañía, que entró en liquidación y salió a subasta. Corría el verano de 2012 y ahí entró en escena Kronospan, quien por 58 millones de euros adquirió la sociedad. Enseguida comenzó un frenético plan inversor en las 2 plantas de Burgos: una en la capital, en el barrio de Castañares; y la otra en Salas de los Infantes. De hecho, la fábrica de Burgos es prácticamente nueva ya que a ella se han destinado 130 millones de euros. En Salas de los Infantes ha invertido más de 20 millones de euros más, principalmente para el alargamiento de su prensa y la instalación de un microondas para el calentamiento de la manta previa a la entrada de la prensa, que ha permitido pasar de una producción media de 400 metros cúbicos diarios a superar los 1.000 metros cúbicos diarios actuales.
Más producción
En Burgos el proceso ha sido parecido, pero mucho más intenso en capital y una prensa que en su día tenía una producción de 400 metros cúbicos diarios ha pasado a fabricar más de 1.700 metros cúbicos cada jornada, con el objetivo de llegar hasta los 2.000 metros cúbicos diarios. Así, el objetivo es fabricar más de 2.000 metros cúbicos diarios de tablero aglomerado y 60.000 metros cuadrados de tablero melaminizado.
Además de la inversión directa, la compañía ha destinado más de 50 millones de euros en los últimos 5 ejercicios a necesidades financieras y aumentos de stocks. Y como explica su director general en España, su desembolso no termina aquí, “ya que no dejamos de invertir en nuestras fábricas. Cualquier mejora que se detecta en una planta del grupo, se implanta de inmediato en las otras 43”.
Fuerte crecimiento
Kronospan facturó en España, o lo que es lo mismo, en Burgos, 203 millones de euros en el pasado ejercicio, pero su crecimiento galopante fruto de sus inversiones contempla cerrar el presente año con una cifra de negocio por encima de 230 millones de euros. En la actualidad tiene una plantilla de 420 trabajadores, un centenar en Salas de los Infantes y el resto en la capital del Arlanzón.
Macicior destaca por encima de todo la forma de trabajar de la compañía. “Somos líderes mundiales en costes, que son los más bajos del mercado. Trabajamos con pedidos grandes para grandes clientes”. La empresa tiene 2 tipos de clientes: distribuidores, que compran sus tableros para venderlos; e industriales, que los adquieren para utilizarlos.
A pesar de ser una industria que no es intensiva en mano de obra, su principal ejecutivo en nuestro país subraya “la gran cantidad de empleo indirecto que movemos. De hecho, por cada trabajador que tenemos se generan entre 5 y 10 empleos indirectos. Sirva como ejemplo que trabajan para nosotros 350 camiones diarios”.
En 2018, Kronospan ha lanzado por vez primera un catálogo a nivel mundial, todas sus fábricas disponen del mismo, con más de 180 referencias. La planta de Salas de los Infantes fabrica principalmente tablero para suelos, molduras y muebles; mientras que la de Burgos se centra sobre todo en mueble: armarios, cocinas, puertas o canapés.
Mercado interno
A diferencia del común de las empresas, que en su plan estratégico contemplan aumentar las ventas en el exterior, la hoja de ruta de Kronospan en España pasa por incrementarlas en el mercado interno. Durante la crisis, la compañía elevó su facturación en el extranjero hasta el actual 25% de la producción. Sin embargo, como explica Macicior, “el tablero viaja mal, y por eso nos gustaría que más del 90% de nuestra producción se vendiera en España”.
Factoría sostenible
“El 90% del material empleado en la planta de Burgos es reciclado y buena parte proviene de puntos limpios de las ciudades. Podemos decir por lo tanto que es una instalación 100% sostenible. En el caso de Salas de los Infantes, prácticamente toda la madera utilizada posee el sello ecológico europeo PEFC, y ahora queremos que Castilla y León acredite sus bosques según el certificado FSC, porque algunos grandes clientes así lo demandan. Nosotros ya lo tenemos, pero necesitamos que también lo posea la materia prima”, puntualiza Javier Macicior, director general de Kronospan en España , quien añade que además, “utilizamos desperdicios de aserraderos, que valorizamos. Contribuimos a que el monte se mantenga limpio mediante los aprovechamientos forestales que llevamos a cabo. Es muy bueno que los bosques se exploten y se limpien para reducir el riesgo de incendio, pero hay que hacerlo de forma adecuada”.
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