Cuenta Jesús Sanz Esteban, administrador de Quesería Campoveja, que la búsqueda de una calidad homogénea en los quesos que su abuelo Félix compraba a los pastores para que su tío Luis los vendiera en Barcelona fue el origen de esta empresa situada en Serrada (Valladolid).
“Los clientes se quejaban de que los quesos eran diferentes y fue mi tío el que sugirió a mi abuelo, que era panadero, que comprara la leche a los pastores e hiciera él mismo los quesos”, detalla Sanz Esteban, que resume así la creación del negocio en 1952.
En la actualidad, Quesería Campoveja es una empresa con 8 trabajadores que factura cerca de 1 millón de euros, aunque Sanz Esteban subraya: “somos artesanos y preferimos crecer en reconocimiento y diferenciación que en volumen”.
Una de las claves de la evolución de esta compañía es la innovación sin perder de vista la tradición. “Hay muchos quesos artesanos en Castilla y León, pero pocos que conserven como nosotros la forma de maduración de nuestros antepasados: el queso reposa sobre una tabla de madera en una bodega bajo tierra”, afirma el administrador de Quesería Campoveja.
Innovación
La apuesta por la innovación de la empresa de Serrada ha sido clave para el crecimiento de su oferta en los últimos 7 años, que incluye las variedades de oveja afinado de corteza lavada, con trufa, con vino dorado, diferentes combinaciones con aceite, cremas de queso en tubo -curada, extrafuerte, ahumada, con wasabi y con boletus- y el ahumado, “del que somos referencia y que nos permitió en 2012 obtener el premio al mejor queso del mundo en esta modalidad. Fue el primero que desarrollamos tras 50 años elaborando los tradicionales semicurado y viejo de oveja”, puntualiza Sanz Esteban, que subraya que su actividad se centra en los quesos de alta gama, con leche cruda de oveja y elaborados de forma artesanal.
“Acabamos de lanzar Campoveja Sibaris, nuestra línea más gourmet, con 4 variedades: trufa, premium, dorado y cava subterránea”, anuncia el administrador de Campoveja, que también señala que la empresa ha desarrollado una cámara para afinar quesos de gran humedad, lo que permitirá a la compañía ampliar su gama en los próximos años.
Los planes de futuro de la quesera vallisoletana hasta 2025 se centran en finalizar la fase de desarrollo de nuevos productos en el período 2018-19 e impulsar su expansión internacional y la venta online de los productos.
“Estamos trabajando ya en la estrategia para la comercialización por Internet. En cuanto a las exportaciones, nos hemos propuesto conquistar los mercados europeos empezando por el Reino Unido, Alemania y Holanda”, detalla Sanz Esteban.
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