Más de medio siglo después de su fundación, Hierros Giménez se ha convertido en un centro del acero que mueve en torno a 30.000 toneladas al año. En sus instalaciones, en las que mantiene un stock de cerca de 25.000 toneladas para dar servicio a las posibles urgencias de la demanda, lleva a cabo procesos de corte térmico y mecanizado de piezas, corte y taladro de perfiles para estructuras metálicas, granallado y pintado, montaje y elaboración de ferrallas para hormigón, tubos, material cizallado y suministro industrial, entre otras actividades. No en vano, de ellas ha salido material que está presente en infraestructuras civiles y recintos deportivos de medio mundo.
En 2016, Hierros Giménez ejecutó inversiones por valor de alrededor de 1,3 millones de euros en maquinaria, “equipos que en la actualidad están a pleno rendimiento para corte térmico y mecanizado para grandes estructuras”; así como en ampliar su flota de camiones de cara a ofrecer un mejor servicio.
“Nuestro negocio principal se basa en la colaboración con nuestros clientes en los distintos proyectos en los que se encuentran inmersos, pues ponemos a su disposición todos nuestros medios materiales con un gran equipo humano y asesoramos, ayudamos y ejecutamos estas actuaciones para que sean una realidad”, asegura Pablo Giménez Castañeda, director comercial, de Producción y Expansión de esta compañía burgalesa que cerró 2016 con una facturación de cerca de 20 millones de euros, alrededor de un 15% más que en el ejercicio anterior y con “expectativas de crecimiento de cara al corto plazo gracias a nuestros clientes y a nuestra plantilla, integrada por 45 trabajadores, por los que afrontamos con ilusión los nuevos retos que nos llegan”.
Evolución
La compañía ha evolucionado notablemente desde que Juan José Giménez Izquierdo pusiera en marcha en 1962 un pequeño almacén para cubrir las necesidades de acero de la provincia de Burgos. La incorporación de las siguientes generaciones ha permitido a la empresa crecer en ventas y servicios y promover, a través de sus clientes, proyectos en los cinco continentes. “Durante los años de crisis hemos sufrido como el resto de las empresas de nuestro sector, pero hemos podido superar las adversidades gracias a la gestión de los recursos económicos propios y a la experiencia que aportó mi padre, Pablo Giménez Bravo”, recuerda el ejecutivo.
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