a

Ernesto Antolín aspira a convertir el Grupo Antolín en el mayor proveedor mundial de interiores del automóvil

El presidente de la empresa deja su impronta al comprar Magna en la mayor operación de su historia
Ernesto Antolín, presidente del Grupo Antolín.
Ernesto Antolín, presidente del Grupo Antolín.

El Grupo Antolín es mucho más que la mayor empresa de Castilla y León de capital familiar, y la segunda de todo el ranking sólo por detrás de Renault España. El Grupo Antolín es el espejo donde se miran todos los empresarios de nuestra comunidad autónoma, grandes o pequeños, es el norte que siguen todos los que quieren triunfar en el complicado mundo de los negocios. Y es también un orgullo de las gentes de nuestra región, que han visto cómo uno de los suyos ha conseguido llegar tan lejos en una tierra parca en éxitos empresariales, y menos de esa magnitud. Así se lo expresaron hace medio año los principales empresarios familiares de Castilla y León cuando les entregaron un premio en reconocimiento a su labor: “queremos ser como vosotros”. Por eso, su trayectoria va más allá del balance de la compañía, trasciende al resto de los cientos de empresas que les tienen como modelo.

Y al frente de este gigante auxiliar de la automoción con presencia en 26 países de los 4 continentes al poseer 161 fábricas y centros just in time y 25 oficinas técnico-comerciales, se encuentra Ernesto Antolín Arribas (Burgos, 1964), presidente de la compañía, quien no se conforma con ser el tercer proveedor mundial de interiores de coches, sino que se marca el objetivo de ser el número 1. Lo explica con humildad, pero con convicción: “aspiramos a liderar el sector del interior del automóvil”. Recuerda que hace años también afirmó en Alemania que el grupo se situaría entre los principales actores de esta actividad y que sus palabras causaron incredulidad y extrañeza. Hoy nadie duda de sus propósitos.

Taller mecánico

La historia del holding es de sobra conocida: nace en un pequeño taller mecánico de Burgos regentado por Avelino Antolín López junto a sus hijos Avelino -padre de Ernesto- y José -actual presidente de honor-, especializado en reparaciones de vehículos y maquinaria agrícola. En el año 50 del pasado siglo, los hermanos Antolín inventan la rótula de dirección de caucho-metal en una innovación que marcaría el despegue de la empresa.

Nos encontramos, por lo tanto, ante la tercera generación de esta empresa familiar capitaneada por el propio Ernesto y su prima María Helena Antolín Raynaud como vicepresidenta. Y ya han dejado su impronta al cerrar la mayor operación en la historia de la compañía al comprar en abril de 2015 la división de interiores de Magna Internacional por 490 millones de euros, cuando apenas llevaban 2 meses como máximos responsables del grupo, lo que les permitió duplicar la facturación del holding burgalés hasta superar los 4.000 millones en 2015.

Visitas a la fábrica

Ernesto conoce la empresa desde abajo porque ya con 10 años su progenitor le llevaba a visitar la fábrica, donde con 16 años empezó a trabajar. “Yo quería una motocicleta y mi padre me dijo que me la tenía que ganar trabajando en la factoría. Como fue durante el mes de junio, mis amigos disfrutaban de las fiestas patronales de Burgos, mientras que a mí me tocaba madrugar para entrar en el turno de las 7,00 h. de la mañana”.

Desde entonces, Ernesto ha compaginado los estudios con el trabajo en la compañía familiar. Empresario con una formación sólida (licenciado en Derecho por la Universidad de Burgos y cursos de postgrado en Boston University, además domina el inglés y francés y tiene amplios conocimientos de alemán e italiano), ha desarrollado toda su carrera profesional dentro del holding, donde, entre otros cargos, ha sido responsable de buena parte de la internacionalización de la compañía, en un proceso que le ha llevado a participar en operaciones en  Europa del Este, Norteamérica o Asia. Como él dice, “fue como hacer un máster dentro del Grupo Antolín”.

Sucesión ordenada

De espíritu abierto, en su conversación siempre pone el foco en el equipo humano de la compañía: “lo importante son las personas, no las fábricas; son los hombres, no las naves”. Por eso, una de las fortalezas del grupo es la sucesión ordenada, ya no sólo de la saga empresarial, sino del equipo directivo. “Ernesto conoce a algunos ejecutivos desde que tenían pantalón corto”, afirma uno de sus estrechos colaboradores, y él enfatiza: “sí, es verdad, conozco desde los 20 años al actual consejero delegado” (el burgalés Jesús Pascual, quien también ha estado ligado a la empresa en toda su carrera profesional). Ernesto es un hombre que confía en sus equipos y a quien le gusta delegar para optimizar la gestión de una multinacional con 28.000 empleados.

Sigue fiel a los valores tradicionales de la empresa, como la discreción, la apuesta por la innovación y la calidad y salvaguardar el carácter familiar del accionario. En su dilatada trayectoria, recuerda como un momento especialmente delicado la crisis del año 2007, cuando el sector de la automoción, sobre todo los fabricantes de EE UU, se vino abajo por la fuerte caída del mercado. “Nos tocó reducir el tamaño de la compañía para salir más fuertes”, recuerda. Y así fue, pues 8 años después compraron Magna Interiors, en una operación que Ernesto considera como el mayor éxito.

En la actualidad, su principal preocupación es mantener y crear empleo en los 4 continentes donde tiene implantación y generar el suficiente cash-flow “para poder continuar con el ritmo de fuertes inversiones”.

EE UU

La agenda del presidente del Grupo Antolín está organizada milimétricamente como no puede ser de otra forma en un empresario que se pasa la mitad del año fuera de España al realizar al menos 2 viajes internacionales cada mes. “Las jornadas en el extranjero son full time, ya que aprovecho mi estancia para tener reuniones con el equipo directivo y clientes, visitar factorías y celebrar comidas y cenas de trabajo. Menos mal que en esos países se cena muy pronto”, matiza aliviado.

En sus múltiples desplazamientos internacionales, le han ocurrido numerosas anécdotas, como cuando estaba buscando un solar para implantar una fábrica en Kentucky. Le subieron a una avioneta desde la que se divisaba una vastísima llanura y le dijeron: “elige el terreno que quieras”. O como cuando en la villa de Cádiz, en el Estado de Ohio y de apenas 3.500 habitantes, el regidor le dijo: “oye Ernesto, ¿qué se fundó antes, nuestro pueblo o el Cádiz de España”, ignorante el político de que de todas las ciudades actualmente habitadas, la bella urbe atlántica es la más antigua de Europa al ser fundada sobre 1100 A.C. por los fenicios.

Castilla y León Económica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información sobre la protección de datos:
· Responsable de los datos: Ediciones La Meseta, S.L.
· Finalidad: Enviar un comentario
· Derechos: Tienes derecho a acceder, rectificar o suprimir los datos, así como otros derechos como es explica en la política de privacidad.
· Información adicional: Puedes consultar la información adicional y detallada sobre la protección de datos aquí.

Noticias relacionadas

Ir al contenido