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Ginés Clemente crea una compañía aeronáutica líder al aplicar los valores de sus padres, basados en la cultura del esfuerzo

El consejero delegado, fundador y propietario de Aciturri reconoce sentirse orgulloso por los 1.300 empleos creados, pero admite estar “responsabilizado y con presión para que no sea efímero”
Ginés Clemente, consejero delegado, fundador y propietario de Aciturri.
Ginés Clemente, consejero delegado, fundador y propietario de Aciturri.

Destaca de él uno de sus más cercanos colaboradores su “alto nivel de exigencia, primero consigo mismo, que va acompañado por una extraordinaria capacidad de trasladar ambición e ilusión a su equipo en los proyectos en los que trabaja, aspecto clave para el éxito de los mismos”. Él esboza una ligera sonrisa y asiente con la cabeza mientras escucha. Se trata de Ginés Clemente, consejero delegado, fundador y propietario de Aciturri, quien lleva el gen empresarial y competitivo en el ADN, ya que en plena adolescencia vivió su primer fracaso empresarial en el seno de su familia, cuando sus padres pusieron en marcha una carnicería que no salió adelante. Esa experiencia le marcó. “Me grabó a fuego la necesidad de recuperarme de ese fracaso”, sostiene.

No en vano, su personalidad es la de sus padres, basada en la cultura del esfuerzo y el trabajo, con honestidad y respeto a las personas. “En mi casa había una máxima acuñada por mi madre: el que no vive para servir, no sirve para vivir”, rememora Ginés, quien echa la vista atrás para recordar cómo su padre, empleado del Ayuntamiento de Miranda de Ebro (Burgos), que fue bombero y policía municipal, solicitó voluntariamente turno de noche para, después de 8 horas de jornada laboral, vender pescado por los pueblos para conseguir ingresos extra y garantizar la subsistencia de su familia. “Y así, durante años”, explica. Tal vez por eso cita a sus progenitores como sus grandes modelos, sin olvidar el apoyo de su hija y su mujer, “además del equipo de personas que me acompaña, que son claves”.

Nivel de exigencia

Hablábamos de su alto nivel de exigencia. Para muestra, un botón. A la pregunta de cuál es el éxito del que más orgulloso se siente en el mundo de la empresa, parece incomodarse por la respuesta que está a punto de enunciar: “no hemos conseguido más éxito que la creación de casi 1.300 puestos de trabajo, que es cierto que no es poco, pero eso sólo hasta hoy. Hay que mantenerlo en el tiempo. Me siento orgulloso de ese hecho, pero también responsabilizado y con presión para que no sea efímero”.

Y es que consolidar la empresa y el empleo a largo plazo es su principal reto al frente de esta compañía, líder del sector aeronáutico castellano y leonés, con una facturación de 180 millones de euros en 2015. “Consolidar los balances para preservar esa continuidad pasa por aumentar la capacidad competitiva cada día. Apuesto por la mejora continua”.

Los principios por los que se rige este empresario burgalés son “esfuerzo, compromiso, ejemplo, respeto, dinamismo y creación de valor”. Y su modelo de gestión es “participativo, muy exigente y consecuente, pregonando con el ejemplo”. Y no olvida, como uno de los hitos de la historia de su empresa, la entrada en su accionariado de Caja de Burgos, “que creyó en nuestro proyecto y marcó un punto de inflexión porque permitió abordar la fase de expansión y crecimiento del negocio”.

Jornadas maratonianas

Las maratonianas jornadas de Ginés comienzan habitualmente a las 6 de la mañana y una hora de deporte. Si no tiene que viajar, a las 8 de la mañana está en la empresa. Lo que sí procura es no tener cenas de trabajo y si no se encuentra fuera de España siempre vuelve a dormir a su casa. A la pregunta de cuándo descansa, el empresario no vacila: “yo descanso cuando trabajo”. No obstante, le gusta estar con la familia y los amigos, participar y apoyar en todo lo que puede las iniciativas de su entorno y el golf, por este orden.

Ginés recuerda con una sonrisa en los labios que “la negociación más dura de la historia de la empresa fue la dificultad que encontré para convencer a mi suegra para quitar las gallinas de una pequeña nave para poner el primer torno del taller”. El traslado de las aves dio alas a la que con el tiempo se ha convertido en la primera empresa aeronáutica de Castilla y León.

Castilla y León Económica

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