a

El director de GSK en Aranda de Duero basa su gestión en mantener alta la motivación de los empleados

En esta planta trabajan más de medio millar de personas, que fabrican 170 millones de unidades de 1.800 referencias
Ismael de los Mozos, director de la factoría de GlaxoSmithKline (GSK) en Aranda.
Ismael de los Mozos, director de la factoría de GlaxoSmithKline (GSK) en Aranda de Duero (Burgos).

Ismael de los Mozos (Burgos, 1961) dirige la planta que la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) posee en Aranda de Duero (Burgos), una de las 70 fábricas que tiene repartidas por todo el planeta. Una de las preocupaciones de este ejecutivo es que la localidad burgalesa sea “lugar de elección para inversiones y nuevas producciones, pero también que resulte un destino atractivo como para que la gente quiera venir a trabajar aquí”.

Por el momento, Ismael, seguidor confeso de grupos como Rosendo y Burning, a cuyos conciertos asiste cuando tiene ocasión, puede estar tranquilo, ya que la instalación arandina, en la que trabajan más de medio millar de personas, que fabrican 170 millones de unidades de 1.800 referencias distintas y que se exportan a más de un centenar de países, se mantiene en la élite de los centros productivos de GSK a nivel mundial, dado que es una de las 5 fábricas de suministro global, junto a una italiana, otra francesa y 2 británicas.

Ismael, que se define a sí mismo como “realista, cercano, impulsivo, conciliador y empático”, se marca como reto dejar la dirección de la fábrica, y en general cualquier cargo que desempeñe, “mejor de como me lo encontré al llegar, aunque en esta ocasión es especialmente complicado por la trayectoria de la instalación, y de momento lo estamos consiguiendo”, matiza.

Puerto Rico

El ejecutivo nació en Burgos, pero siendo niño se trasladó a Vitoria, donde vivió hasta los 15 años, cuando volvió a la capital burgalesa para cursar el bachillerato en los Jesuitas. Tras esta etapa estudió Farmacia en Salamanca. Su primer trabajo “serio” fue para Laboratorios Ufac, en Burgos, donde desarrolló su actividad apenas 2 años para, en 1989, entrar en GSK, donde pasó por distintos departamentos hasta su nombramiento como director de fábrica en 2012. Una de sus experiencias más intensas dentro de la compañía tuvo lugar entre 2004 y 2007, cuando se trasladó con su familia a Puerto Rico para hacerse cargo de la dirección de producción de GSK Cidra. “Fue un cambio importante para mí, me desarrollé profesionalmente y aprendí mucho”, afirma. De esa etapa también recuerda uno de sus momentos más duros en el mundo de la empresa, ya que después de solucionar los problemas con los que se encontró en la planta portorriqueña y ponerla en suministro normal, la multinacional decidió cerrarla 2 años después por la falta de demanda de los productos que fabricaba, “aunque no tuvo nada que ver con el trabajo que nosotros habíamos desempeñado allí”, puntualiza Ismael.

Salir de la zona de confort

El ejecutivo basa su modelo de gestión en la filosofía de “no conformarte con lo que tienes, salir de tu zona de confort para retarte a ti mismo y a la organización y mantener alta la motivación para que la gente permanezca comprometida, que es una de las claves del éxito de la factoría de Aranda”.

Las nuevas tecnologías han cambiado, y mucho, los hábitos de Ismael. Hace algunos años viajaba constantemente, pero ahora raro es el día que no duerme en su casa. Eso sí, tiene de media 2 horas de teleconferencias en inglés cada jornada, y pasa en la fábrica unas 11 horas diarias.

El fin de semana lo reserva para algunas de sus aficiones, como la reciente compra de una pequeña viña para elaborar su propio vino, o para disfrutar de su moto custom, que compró durante su estancia en Puerto Rico y con la que incluso asiste a concentraciones moteras. También se escapa con asiduidad a Cantabria, donde posee una casa de vacaciones.

Entre sus libros de cabecera se encuentran La meta, de Goldratt; y Getting the right things done, de Pascal Dennis, ambos relacionados con el management y la gestión de plantas industriales.

La llamada telefónica más importante

Ismael recuerda la anécdota del inicio de su etapa al frente de GSK Aranda. Como parte del proceso de selección, tuvo que desplazarse a Londres para una entrevista final. Cuando emprendía el viaje de regreso a España, en el Aeropuerto de Heathrow, ya en la puerta de embarque, recibió una llamada de la persona que le había entrevistado -pensaba que le darían respuesta en una semana- y entre los nervios de la llamada y de no perder el avión, creyó entender lo que le decían al otro lado de la línea, pero la conversación se cortó y hasta que aterrizó en España no pudo restablecer la comunicación para confirmar que, efectivamente, era la persona elegida para dirigir la planta arandina. Y de eso hace ya más de 4 años.

Más información en el número de mayo de la revista Castilla y León Económica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información sobre la protección de datos:
· Responsable de los datos: Ediciones La Meseta, S.L.
· Finalidad: Enviar un comentario
· Derechos: Tienes derecho a acceder, rectificar o suprimir los datos, así como otros derechos como es explica en la política de privacidad.
· Información adicional: Puedes consultar la información adicional y detallada sobre la protección de datos aquí.

Noticias relacionadas

Ir al contenido