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Comando G elabora sus vinos según la agricultura ecológica y la biodinámica

La bodega cuenta con 15 hectáreas de viñedo viejo de garnacha, de entre 40 y 80 años
Fernando García y Daniel Gómez Jiménez-Landi, propietarios de Comando G.
De izquierda a derecha, Fernando García y Daniel Gómez Jiménez-Landi, propietarios de Comando G.

¿Se acuerda de Comando G, la mítica serie de animación japonesa de los 80? ¿No viene a su cabeza el estribillo de la canción del grupo Parchís?: Comando G, Comando G, siempre alerta está… ¿Y recuerda a la Bruja Avería? Cómo olvidar La Bola de Cristal, el programa en el que los jóvenes Alaska y Javier Gurruchaga hacían sus primeros pinitos en la televisión.

Han pasado casi 40 años de aquello y por aquel entonces ni Daniel Gómez Jiménez-Landi ni Fernando García habían nacido. Ambos forman Comando Garnacha (Comando G), un proyecto vitivinícola concebido a las faldas de la Sierra de Gredos, con viñedos en ambas vertientes, tanto en la provincia de Ávila como en la de Madrid, con vinos con nombres como el del programa televisivo.

Todo empezó en 2005, cuando los artífices del proyecto se conocieron estudiando viticultura y enología en la universidad. “Resultado de esa amistad y una filosofía de trabajo compartida fundamos Comando G en 2008, tras diversas experiencias laborales por separado y muchos viajes juntos descubriendo los grandes vinos de Europa. El mayor de los objetivos era disfrutar y compartir el hecho de hacer un vino juntos. Los primeros años apenas elaborábamos 3.000 botellas y era como un juego”, rememora Gómez Jiménez-Landi.

Trabajo artesanal

Pero como suele ocurrir cuando las cosas se hacen bien, en 2012 el hobby pasó a convertirse en dedicación exclusiva para los 2 propietarios, que poco a poco habían ido descubriendo viñedos “que no podíamos dejar abandonar”. Es entonces cuando construyen la bodega en Cadalso de los Vidrios (Madrid), una antigua almazara rehabilitada de apenas 200 metros cuadrados, donde trabajan de modo absolutamente artesanal.

Gómez Jiménez-Landi condensa en apenas unas líneas toda la filosofía de Comando G: “la verdad está en la tierra. Nuestro objetivo, por tanto, es hacer vinos que sean fieles al lugar. Buscamos la pureza huyendo de maquillajes artificiales. Vinos de paisaje, basados en una agricultura respetuosa con el medio ambiente y con las tradiciones y unas elaboraciones en bodega poco intervencionistas. Todo nuestro trabajo gira en torno a tres conceptos: frescura, elegancia y mineralidad”. No en vano, trabajan de forma manual y bajo principios de agricultura ecológica; y para los mejores viñedos, en biodinámica.

Tintos con alma de blancos

¿Y qué tiene la variedad garnacha y la Sierra de Gredos que tanto les atrae? El propietario, enólogo y viticultor asegura que la garnacha “es una de las grandes bellezas de la cultura mediterránea. La garnacha es al sur lo que la pinot noir al norte, el caíño a Galicia o el nerello mascalese a Sicilia. Vinos tintos con alma de vinos blancos. Por su parte, la Sierra de Gredos ha sido una comarca olvidada durante mucho tiempo, pero su potencial e historia es enorme. Para nosotros, la combinación de viñas viejas de garnacha con los suelos de granito y la altitud de las montañas es el secreto de Gredos, y lo que posibilita elaborar vinos de talla mundial. Un lugar soñado para aquellos que buscan vinos finos”.

Comando G cuenta con 15 hectáreas de viñedo viejo de garnacha, de entre 40 y 80 años, plantados de forma tradicional en vaso, la mayoría de los cuales se ubican en escarpadas laderas de las montañas, con unos rendimientos medios de 20 hectolitros por hectárea. Los viñedos se encuentran fundamentalmente en Rozas de Puerto Real (Madrid) y Navatalgordo (Ávila), pero también en las abulenses Villanueva de Ávila, Navarrevisca, El Tiemblo o Cebreros.

La producción anual roza las 70.000 botellas. “Nuestro objetivo no es elevar la producción, sino intentar mejorar cada día y disfrutar con lo que hacemos”, matiza el propietario.

Marcas

Las elaboraciones de Comando G se reparten en Vino de pueblo, con el nombre de La Bruja Avería, “que representa la identidad de las viñas de Rozas de Puerto Real”; Vino de paraje, como Rozas 1º Cru, sólo a partir de cepas que se sitúan en las faldas del Cerro de los Corzos; y Vinos de parcela, con 4 referencias en las que se embotella “la expresión de una sola viña con características únicas”, cuyos nombres son Las Umbrías, Rey Moro, El Tamboril y Rumbo al Norte. Todos ellos son 100% garnacha.

Además, desde 2014 los responsables de Comando G han asumido la dirección técnica de Viña Mein, en la Denominación de Origen Ribeiro, “un proyecto apasionante en el que tendremos muchas novedades en los próximos años. Estamos injertando variedades locales y queremos que nuestros vinos se arraiguen en el suelo del Ribeiro y sepan a Galicia. Estamos muy ilusionados con este proyecto“, apunta Gómez Jiménez

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