Ya el acceso por el pasillo a la cuarta planta del Hotel Silken Puerta América al que llega el ascensor sorprende y confunde por las formas geométricas de acero que conforman su estructura y reflejan la luz a modo de espejos, según el original diseño de los arquitectos Eva Castro y Holger Kehne (Plasma Estudio). Incluso el suelo es irregular al albergar triángulos y rombos con relieve.
Se asemeja a un túnel del tiempo esquivo y difuso. Los espejos se suceden también en el baño de la habitación pero con más iluminación, mientras en el resto de la estancia prima el cristal y una cama de 2 por 2 metros encajada en una estructura metálica ocupa el espacio principal limitado por un gran ventanal.
La moqueta del suelo contrasta con el pavimento del baño, donde el lavabo poliédrico y sobre todo la enorme bañera de acero y cristal llaman poderosamente la atención al recordarnos algunas escenas de la filmografía del expresionismo alemán. En las zonas comunes, como el hall, destaca el diseño minimalista en blanco con toques de madera, al igual que en la amplia terraza, donde se puede disfrutar de un refresco o un cóctel, lo mismo que en su bar de la última planta con un horario solo de noche y unas vistas impresionantes sobre la ciudad de Madrid.
En esa misma planta se encuentran el gimnasio y la piscina. El servicio es excelente, lo que lo convierte en un hotel muy apetecible para regresar, con el aliciente de que el cliente puede elegir otra planta diseñada por cualquiera de sus famosos arquitectos e interioristas, tales como Jean Nouvel, Mariscal, Arata Isozaki, Richard Gluckman, Kathryn Findlay, Ron Arad, Marc Newson, Victorio & Lucchino, David Chipperfield, Norman Foster, Zaha Hadid, John Pawson y Teresa Sapey. Una misma elección para una estancia diferente.
Con categoría de 5 estrellas, el Hotel Silken Puerta América tiene una buena ubicación al estar próximo al aeropuerto y bien comunicado dentro de la propia ciudad. Además ofrece parking propio. A destacar su servicio ágil, profesional y atento