En una cabaña de madera construida sobre la laguna salada creada por los atolones de coral, se embelesan de mar los 5 sentidos durante el tiempo detenido en el Hotel Lux Maldivas, un paraíso perdido en medio del Océano Índico.
El paraíso existe. Se observa desde el aire cuando te aproximas en hidroavión a los atolones de coral que conforman el archipiélago de las Malvinas. Es un universo efímero y cambiante, de playas nácar, vegetación tropical y aguas turquesas plenas de vida marina.
Cada mañana, al despertar en una de esas villas sobre el mar que ofrece el Hotel Lux Maldivas, la luz brillante del sol del Ecuador ilumina la preciosa estancia de madera. El sonido sincopado del océano que te acuna durante el sueño nocturno, también te hipnotiza al amanecer y conduce tus pies desnudos hacia la escalera de madera que desciende a la laguna salada.
Coral
Apenas cubre, huele a sargazos y en su agua tibia y cristalina reverbera la vida acuática. Si te detienes paciente entre las mantas de coral, los exóticos peces de colores juguetean a tu alrededor. Tras el baño de sol y plancton, seduce reposar un rato en las tumbonas de la terraza, después de una ducha con vistas a la laguna que elimina el salitre de la piel.
De camino al bufé del desayuno, de variedad insuficiente para un hotel de lujo, recorres una pasarela de madera hasta la isla. El turquesa omnipresente se vuelve lechoso cerca de la orilla. En el divertido paseo puedes probar a identificar los peces Globo, Loro, Escorpión y pequeños tiburones.
Instalaciones
A lo largo de los 1,8 kilómetros de la isla se extiende el resto de las estancias a modo de chalés frente a la playa, el lobby con un espacio especializado en cafés, el centro de deportes acuáticos, el pequeño gimnasio y los distintos restaurantes, algunos en forma de bufé y otros a la carta como el italiano, indio y japonés.
También posee un spa donde disfrutar de un magnífico masaje viendo el arrecife coralino a tus pies a través de un suelo acristalado. Asimismo, ofrece tratamientos de belleza y peluquería. El personal es muy amable y simpático, aunque les falta agilidad a la hora de servir las mesas.