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Dehesa de los Canónigos potencia el enoturismo

La Bodega de Ribera de Duero diseña un plan de internacionalización para contar con una red de importadores especializados en productos de alta gama
Responsables de la bodega.
De izquierda a derecha, Iván Sanz Cid, Luis Sanz y Belén Sanz Cid, gerente, fundador y directora técnica y enóloga de Dehesa de los Canónigos, respectivamente.

Corría la década de los años 80 cuando Luis Sanz y María Luz Cid, aconsejados por los prestigiosos bodegueros Mariano García y Antonio Sanz, decidieron constituir su propia bodega, a tenor de la calidad de la uva que poseían, que hasta ese momento vendían a Vega Sicilia y también destinaban a la elaboración de un vino para consumo propio. Así, se rehabilitaron las antiguas instalaciones y en 1989 vio la luz la primera añada de Dehesa de los Canónigos, asentada en Pesquera de Duero (Valladolid) y que cuenta con 65 hectáreas de viñedos, algunos de ellos con más de 80 años.

El fundador decidió desde los inicios dar mucha importancia al trabajo de campo y establecer producciones cortas, con un máximo de 250.000 botellas, cifra que se respeta en la actualidad.

Una década más tarde, Belén Sanz, hija del matrimonio fundador, que cursó estudios de Enología en la Universidad de Burdeos, también aconsejada por García y Antonio Sanz, comenzó a elaborar vinos en la bodega; y en la actualidad se encarga de la gestión de la misma como directora técnica y enóloga, junto a su hermano Iván, que desempeña el cargo de gerente y se ocupa de la comercialización de los vinos.

Plan estratégico

Dehesa de los Canónigos se encuentra inmersa en un nuevo plan estratégico de exportación, cuyo objetivo es tejer una red de importadores seleccionados, especializados en productos de alta gama. Así, la bodega vallisoletana acaba de acceder al mercado francés; mientras que en México ha elegido para la venta de sus vinos a Marinter, que comercializa productos gourmet. Su cifra de exportación ronda el 25% de su producción, que en 2014 alcanzó las 220.000 botellas, a países como EE UU, Alemania, Francia, México, Puerto Rico, Panamá, Dinamarca, Suiza, Suecia y Corea del Sur, entre otros.

El último gran proyecto de Dehesa de los Canónigos tiene que ver con el enoturismo. Los responsables de la bodega decidieron restaurar las naves colindantes al caserío y bodega, antiguas caballerizas, y ayudados por la gran afición de su madre por la decoración, han habilitado amplios salones para la celebración de eventos y reuniones, rodeados de patios y jardines con diferentes ambientes.

6 referencias

Dehesa de los Canónigos comercializa un total de 6 referencias, todas ellas con la marca del nombre de la bodega vallisoletana: Quinta Generación, que es el más joven, con 4 meses de barrica de roble americano; Dehesa de los Canónigos 15 meses en barrica; Selección Especial, en formato magnum; Reserva, con 24 meses de barrica; Reserva Magnum; y Gran Reserva, con 36 meses de madera francesa y americana.

“Dehesa de los Canónigos fue la primera finca que plantó vid en la repoblación del Duero, en el siglo XVIII, con vides utilizadas como patrón, procedentes del Valle de Napa, en California, e injertadas con viníferas traídas de Francia”, señala el gerente.

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