Hacia una economía más digital y robotizada

Al margen de las crisis sanitaria, económica y social causadas por el coronavirus, otra consecuencia de la pandemia es que ha provocado la aceleración de la transformación digital de las empresas y la eclosión del e-commerce. Ya nada será igual tras el Covid-19, ni para las compañías ni para los trabajadores ni tan siquiera para los servicios públicos. Quien no se adapte, sencillamente será orillado en los márgenes de la sociedad.
Si hasta ahora algunas actividades estaban aplicando con mayor o menor ímpetu procesos de Industria 4.0, a partir del Covid-19 todos los sectores están ya trabajando para ser menos vulnerables ante una próxima peste, para lo que es imprescindible ahondar en la robotización, la inteligencia artificial, el big data o las herramientas online. En definitiva, en optimizar todas las tecnologías existentes que eviten el desplome del mercado por el riesgo de contagio de un virus letal.
Muchos temen que estos avances nos lleven a un futuro distópico, pero el proceso es ya imparable. Si un estudio reciente de EE UU aseguraba que el 47% de los empleos será reemplazado por robots y computadoras en 15-20 años y otro informe vaticinaba que en 2025 las nuevas tecnologías dejarán sin empleo a entre 110 y 140 millones de oficinistas y profesionales en todo el mundo, tras el coronavirus esa evolución será más rápida.
Veamos los ejemplos de tres ámbitos cuya actividad se ha visto muy afectada por la actual pandemia. En primer lugar, en el área sanitaria hemos tenido hospitales colapsados y un heroico personal sanitario exhausto por la elevada cantidad de enfermos a los que atender. Sin embargo, hoy en día ya existe la tecnología para que un robot realice diagnósticos basándose en una comparación de resultados obtenidos de millones de casos similares. En lo que ya se conoce como el Internet de la Salud, los ordenadores y los robots manejan una ingente información, mucho mayor de la que podría controlar un médico, para que sean capaces de realizar la prevención, el análisis y la terapia. Eso sí, la pregunta es: ¿estamos preparados para dejar nuestra salud en manos de un robot?
Sistema educativo
En el sistema educativo, tan afectado por la necesaria ausencia de los alumnos en las aulas para evitar contagios, desde hace años existe la tecnología para compaginar las clases online con las presenciales. En vez de dar aprobados generales cada vez que estalle una pandemia, las instituciones académicas deberán apostar por compaginar la labor de los profesores con la implantación de robots, quienes, según los expertos, tienen una paciencia ilimitada, no se cansan ante las insistentes preguntas de los estudiantes y están disponibles las 24 horas para resolver cualquier duda o impartir lecciones. En lo que se conoce como la Escuela al Revés, los jóvenes estudiarán en sus casas apoyados online por robots y harán sus tareas en el colegio con sus profesores y compañeros, sobre todo para socializarse, de manera que su formación sea 50% presencial y 50% online.
Y por último, un sector tan tradicional como el de la restauración deberá blindarse de posibles pandemias mediante su robotización, digitalización y el big data. No es el futuro, ya es el presente en países como Japón, donde en algunos restaurantes de sushi los comensales son atendidos por robots, quienes llevan incorporada una tablet para que elijas el menú, que te es servido en tu mesa a través de una cinta transportadora. Según quienes han probado esa comida, está bastante buena, tal vez porque ha sido elaborada en la cocina por otro robot que nunca se confunde con las cantidades exactas de soja y wasabi.
Como ven, nos encaminamos hacia una economía robotizada y digital, donde cientos de negocios quedarán aniquilados, aunque surgirán otros capaces de generar más empleo. Lo mismo pasó con la llegada del automóvil, que acabó con los carruajes de caballos y con la actividad relacionada con este medio de transporte pues se quedaron sin trabajo los constructores de carruajes, los herreros, los criadores de caballos y los conductores de esas diligencias, pero a cambio surgió una inmensa industria relacionada con los coches, como las infraestructuras viarias, las petroleras, las gasolineras, los talleres o los seguros.
Como acaba de demostrarnos el Covid-19, sólo las empresas digitalizadas y robotizadas pueden afrontar con éxito cualquier crisis, aunque esté provocada por algo tan imprevisible como un mortífero virus surgido a miles de kilómetros de nuestra ciudad.
Comentarios
1# Enviado por JMM el miércoles 8 de julio de 2020 a las 17:51
2# Enviado por Anónimo el jueves 16 de julio de 2020 a las 18:30
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