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Oportunidad perdida

Por: Eduardo Estévez
Durante la crisis, las empresas públicas han aumentado un 7,8% sus empleados.
Durante la crisis, las empresas públicas han aumentado un 7,8% sus empleados.

Ya estamos en período electoral. Además, nos atraviesan el cerebro repitiendo que ya han llegado los brotes verdes. Se pasó la ocasión para haber acometido en tiempo lo que este país necesitaba: las reformas estructurales, especialmente la de la Administración.

Hace 3 años, el país estaba a punto de ser rescatado por la UE, parecía que el gobierno estaba avocado a acometer con determinación algunos cambios en los cimientos del funcionamiento del país. Justo es reconocer que algunas cosas se han hecho: la reforma tímida laboral, la reforma financiera, algunas medidas para aumentar la competitividad…, sí, algo se he hecho. Pero algunos esperábamos que de una vez por todas se fuese un poco más allá.

Sector privado

Es curioso. Durante la crisis todo el sector privado no ha tenido más remedio que ajustar su funcionamiento para no desaparecer; pero el sector público ha resistido con uñas y dientes las tímidas embestidas de unos gobiernos dubitativos en querer dar un giro a quienes administran a los que con sus impuestos sostienen la cosa pública.

Por un lado, tenemos la cantidad: durante la crisis han desaparecido 200.000 empresas y 300.000 negocios autónomos; el desempleo ha llegado a alcanzar 6.200.000 personas. Por otro lado, se da la paradoja de que las empresas públicas han aumentado un 7,8% sus empleados y solamente han cerrado 469 entidades de las más de 4.000 existentes.

Ajustes

Conclusión: el ritmo de ajuste en la Adminsitración pública no ha seguido la misma proporción que el del sector privado. Sigue existiendo una inflación pública que, paradójicamente es financiada por los que más están sufriendo la crisis.

Pero más allá de los datos cuantitativos, llama aún más la atención que estos años no hayan servido para cambiar el funcionamiento (cualitativo, de gestión) de tantas cosas que tienen que ver con el sector público. Las universidades, los aeropuertos, las descoordinación entre las distintas administraciones, las cargas a los ciudadanos y empresarios, la falta de evaluación del desempeño de la Administración, la adecuación de los costes y estructuras a las necesidades del administrado, etc.

El último caso, el fracaso de la reforma en la RTVE. En definitiva, las vidas contrapuestas de los unos y los otros. Y es que, mientras algunos piden a los otros que tiren del carro, al mismo tiempo no retiran las piedras del camino. Y mucho me temo que ahora, a un pie de las elecciones y con un entorno macro agradecido, ya será tarde para cambiar. Oportunidad perdida.

14 comentarios

  1. Oportunidad perdida con toda lógica ya que quienes tendrían que haberla realizado son los más interesados en que no ocurriera.

    Políticos y sindicalistas que “pagan los servicios” de los correspondientes mercenarios con un puestecito de por vida, sin ganarselo con una oposición. Para caso caliente el de cierto dirigente de un partido político que está haciendo ruido. Profesor de profesión sin plaza ganada por oposición, sino “concedida” y reservada (por lo que pueda pasar) por amiguismo con el rector de turno. O cierto ex-ministro de justicia que nadie ha visto por el INEM, rapidamente se ha colocado con un “humilde” sueldo.

    Este país depende de las PYMES y los “suicidas” emprendedores. Son los que pueden cimentar el futuro de España. Pero ya vemos las facilidades y ayudas que los gobiernos de turno y los señoritos sindicalistas les dan.

    Sobrevivimos a otro enviste ¿Pero a que precio? Ya lo has indicado claramente en tu artículo, siempre pagan los mismos la incapacidad e inutilidad de esos que ocupan puestos de responsabilidad sin saber hacer la O con un canuto.

    1. Querido amigo, gracias por tu comentario. Esperemos que “la lluvia fina” acabe por calar y provoque cambios en nuestra dirigentes. Mientras tanto….

  2. Sólo un comentario al respecto de la reforma de RTVE. Se podía empezar por sacar de la parrilla y de los gastos generales los programas y sueldos de Mariló Montero, de Toñi, los programas chabacanos y carcas producidos por José Luis Moreno, los elitistas torneos de tenis y un largo etcétera de gastos superfluos que no son propios de una televisión pública.

    1. Gracias por el comentario. El tema de rtve es un ejemplo de la mala gestión de nuestros impuestos, que se multiplica de manera exponencial con los desmanes televisivos autonómicos. Saludos

  3. Estimado Eduardo.
    No quiero dejar pasar esta oportunidad sin felicitarte por tu artículo. Son pocos los que desde una tribuna se atreven a exigir a este gobierno, que algunos esperábamos de ellos cambios estructurales, cambios que fuesen un poco más alla que la subida del iva, o la subida del copago sanitario.
    Yo pido disculpas a todos los españoles por haber confiado en este gobierno, soy uno de los millones de personas, que pecando de ingenuos, introdujeron en la urna la papeleta con las siglas del PP.
    Pido disculpas, por haber sido tan ingenuo de pensar que este gobierno queria una España más industrializada, con cargos mas profesionalizados y menos politicos.
    Pido disculpas por pensar que este gobierno estaba dispuesto a luchar contra el fraude y no a robar a los pequeños empresarios cantidades de dinero en ocasiones tan pequeñas, que no tienen capacidad de defender, aun sabiendo que están cumpliendo con la legalidad.
    En definitiva: pido disculpas, por haber sido tan ingenuo de pensar que habia políticos capaces de trabajar por España y no por el sillón en su partido.

    1. Estimado amigo: noto cierto desasosiego y desesperanza en su comentario. Hemos de seguir intentando cambiar las cosas, influir en los que nos gobiernan. Si vd es empresario le animo a estar por encima de las adversidades. No queda otra. ¿O dejamos de ser empresarios?. Gracias por el comentArio.

  4. Muy acertada tu descripción, Eduardo. Yo me resisto a pensar que ha pasado la oportunidad de ajustar lo público a la realidad. Y yo tampoco hablo de recortar en sanidad y educación: hablo de eficacia. La misma eficacia que cualquier agente de lo público exige al sector privado. ¿Te imaginas que los hoteles, los supermercados, las empresas de transporte de viajeros y mercancías, etc. funcionaran con la misma falta de agilidad que algunos servicios públicos? Por ejemplo (exagerado a propósito con fines ilustrativos): “¿Su reserva de vacaciones?…. ¡Ah, sí!, si no recibe respuesta de nuestra empresa en 6 meses es que le hemos concedido la reserva…. Le dejo, que tengo que salir un momentito a hacer la compra aprovechando la pausa del café”
    Evidentemente, no todo lo público funciona así, pero demasiado de lo público es ineficiente.

    PD: animo a los que escriben de forma anónima a poner su nombre. En este país gozamos de libertad de expresión.

    1. Estimado Emiliano: me encanta sus ánimos a los “anónimos”. Creo que muchos pensamos lo mismo pero no nos atrevemos. De otro modo seguro que podríamos conseguir cambios e influir en nuestros gobernantes. Gracias por su comentario

  5. Eduardo has hecho un artículo valiente y ajustado a una realidad que muchos temían que se iba a dar. El caso de RTVE es llamativo por lo reiterativo y porque es un agujero negro que no hay forma de acabar con él, como con otras muchas televisiones-aparatos de propaganda gubernamental de las autonomías. Un gobierno con mayoría absoluta en Madrid y en muchas comunidades autónomas ha dejado pasar una oportunidad única para llevar a cabo reformas estructurales que garanticen un futuro mejor para todos y pensando en las futuras generaciones que serán las que nos pagarán nuestras pensiones. El sector público es excesivo y lo paga el privado que ha sufrido la crisis y los ajustes. Esperemos que en los próximos años la balanza de equilibre. Aunque parece que todo seguirá igual y nada cambiará.

    1. Gracias por su aportación. Va a ser difícil que cambien las cosas. Pero al menos lo que tenemos la oportunidad de tener la posibilidad de opinar, hemos de decir lo que piensan los empresarios. Un saludo,

  6. “Una reflexión más hecha en este Blog con la sinceridad del que tiene los pies bien atornillados al conocimiento profundo de la realidad de los empresarios,Eduardo. Una vez más con la valentía del que dice lo que muchos piensan, pero pocos expresan en público.
    La decepción es generalizada, pero más allá de la decepción hemos de afrontar la desastrosa gestión, que tendrá nefastas consecuencias para nuestros hijos y nietos. Nuestro presidente, al cargo de una situación digna de posguerra, establece prioridades en su agenda en traer grandes casinos chinos a Madrid. El 50% del presupuesto de Fomento parece que sigue destinado al pozo sin fondo del AVE, con un coste por Km que multiplica el del mismo tipo de estructura en otros países, Las cargas fiscales a los que más podrían aportar se siguen suavizando mientras aumentan a las pequeñas empresas y autónomos… No puede levantarse una alfombra pública en España hoy sin sacar detritus a la luz.
    Con un razonamiento social simplista: Siendo un país rico, que lo somos, construimos una estructura de Administración y pusimos responsables al frente para garantizar el estado de bienestar. Hoy esa Administración ha crecido con el modelo matemático de un tumor, consumiendo todos los recursos del organismo hasta destruir ese estado de bienestar. Amenaza incluso el estado de derecho. Criamos una criatura que en pocos lustros se ha agigantado sin pausa hasta llegar a ser en un enorme dragón que devora nuestras doncellas, arrasa nuestros campos, destruye nuestras casas, se lleva los sacos de grano que garantizan el pan del invierno a las montañas helvéticas…. Quizás sea el momento de abatirle, de forma pacífica pero eficaz. En las últimas elecciones el 50% del electorado no votó. ¿Lo haremos más en las próximas?
    Abrazo
    CarlosB

    1. Estimado amigo, brillante comentario. Me encanta la historia de las doncellas y el dragón. ¿Quién le pone el cascabel al gato? NAdie. Lamentablemente viven de esta situación de la “administración pública exagerada” demasiadas personas. Por tanto, hay mucha gente que está muy contenta con su actual situación de confort. Y para muestra, loque pasó en Andalucía con los “eres falsos”. Solamente podemos denunciar estas cosas y rezar para que la lluvia fina cale. Gracias

  7. El sector Público lo mismo que el Privado, en si ni es bueno ni malo, simplemente es eficaz o ineficaz. Aunque comparto muchos de los comentarios realizados, debemos de tener en cuenta que en el sector Público hay algunas actuaciones en las cuales puede ser difícil medir su eficacia. Quisiera también añadir que otro aspecto fundamental para que esto tenga solución, es una “reforma fiscal” adecuada, donde las grandes empresas del Ibex-35 no paguen 6 veces menos de impuestos que una Pyme o un empleado. Finalmente indicar que el sector Público tiene dos grandes cuentas, una de servicios esenciales para el desarrollo de la sociedad, como: sanidad, educación, infraestructuras (las necesarias), etc…, y otra donde el poder político paga determinados favores, con puestos en la administración Pública, estos últimos son donde se debería meter la “tijera” a fondo, pero ¡¡quien pone el cascabel al gato!!. Saludos.

    1. Estimado amigo: grandísimo comentario. De acuerdo al 100%. El sector público por supuesto es necesario. Quizás en las formas del artículo he exagerado algún concepto, únicamente se trata de una técnica para acentuar el fondo de mi mensaje. Pero lo público es muy necesario; lo que digo es que las cosas deben funcionar bien, por ello necesitamos un sector público basado en la meritocracia y no en los favores.

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