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Perspectivas para el año 2021, grandes retos de nuestra economía

Por: Carlos Martín Tobalina
España tendrá, dentro del plano económico, muchísimos retos que afrontar en 2021
España tendrá, dentro del plano económico, muchísimos retos que afrontar en 2021.

Resulta complicado escribir después de tanto tiempo alguna reflexión sobre lo que se nos avecina en este año en el plano económico.

Desde el punto de vista teórico, transitamos ya por una crisis económica que llega como consecuencia de una crisis sanitaria mundial cuyos efectos más graves se irán percibiendo a lo largo de este recién estrenado 2021.

La pandemia que nos azota desde febrero/marzo del pasado 2020 desembocó en primera instancia en una crisis en la oferta de productos y servicios que fue dando paso de forma casi inmediata a una crisis en la demanda, crisis que en la medida en la que los efectos de dicha pandemia y sus olas obliguen a seguir con medidas restrictivas de confinamiento o semi confinamiento sobre la población, constituirá un cambio en el patrón mundial del consumo (algo que ya está pasando) y nos llevará a sufrir las consecuencias de una recesión mundial de la economía.

Estas desgarradoras consecuencias se harán notar menos en aquellas economías que han venido haciendo sus deberes en la ortodoxia económica y tienen capacidad para aguantar mejor el golpe de una imprevisible crisis mundial como la que ya soportamos.

¿Ortodoxia económica? Sí, aquellas medidas que llevan a un déficit asumible por el Estado, una deuda controlada, un gasto público acorde con las necesidades de la coyuntura económica pero sin dar la espalda al equilibrio presupuestario, una decidida y real apuesta por el desarrollo industrial, una inversión inequívoca por políticas de I+D, una inversión en la digitalización de nuestra economía y nuestras administraciones, una política fiscal adaptada a las necesidades del tejido empresarial, atractiva para la inversión exterior generadora de empleo, una simplificación profunda y verdadera de los procesos administrativos (tolerancia 0 a la burocracia administrativa inútil que tanto frena la productividad y competitividad de la economía), en definitiva, medidas para generar confianza en todos los agentes encargados de revitalizar nuestro tejido empresarial.

Retos

El año 2021 en España tendrá dentro del plano económico muchísimos retos frente a las desastrosas consecuencias de la crisis en la que estamos plenamente inmersos: afrontaremos de nuevo el reto de superar cifras de paro que se acercan al 20% computando el previsible estancamiento de nuestra economía y la lamentable conversión de ERTES en ERES una vez que una parte de los sectores más afectados no puedan aguantar (ya está pasando) el necesario dopaje al que se ha sometido a nuestra economía, tendremos que lidiar con un histórico descenso en el PIB nacional y regional del año 2020 (superará de largo el 10% y veremos cómo estos meses las correcciones van a ser a la baja) que nos aboca simple y llanamente a más paro, más apalancamiento y menos actividad, sufriremos la amenaza de las consecuencias que acabo de comentar sobre una economía altísimamente endeudada como la española que se ve agravada con la posible crisis financiera que apunta a mediados del presente año con el más que previsible incremento en la morosidad a medida que vayan venciendo plazos de amortización de la deuda en la que ha incurrido el sector privado para sostener su actividad.

El gran reto para afrontar todas estas consecuencias de una crisis económica atípica pasa por implementar medidas que ayuden a construir cuanto antes un modelo de recuperación estable y garante de una economía equilibrada para toda la sociedad española, en nuestro caso, para toda la sociedad castellana y leonesa.

Reducir la presión fiscal para promover el crecimiento de la economía, favoreciendo con ello el incremento de la actividad, la contratación y la contribución a la recuperación también de los ingresos públicos se ha demostrado como la principal herramienta de aquellos territorios que apuestan por una economía dinámica y generadora de empleo.

Implementar un modelo digital en todo el territorio que abarque al sector publico y privado y que permita al tejido empresarial crecer con las nuevas tecnologías.

Simplificar al máximo la tramitación administrativa para favorecer la liquidez necesaria en el sector privado y la productividad de nuestra economía.

Apostar decididamente por la innovación en las pymes regionales como modelo de anclaje territorial.

Reforzar e impulsar la internacionalización de nuestras empresas en un nuevo orden internacional a que debemos dar cumplida respuesta.

Todas estas medidas generarán confianza en los mercados, nos acercará a la senda del crecimiento estable y nos ayudará a equilibrar nuestro territorio.

Por último, por mucho que nos lo pinten de muchos colores en unos casos, o lo traten de ocultar en otros, no hay economía mundial que progrese con altos niveles de endeudamiento y sin medidas estructurales de ajustes. Particularmente estoy de acuerdo con la implementación a corto plazo de medidas de liquidez al mercado y una política expansionista para favorecer la inversión desde el sector público, pero estas medidas han de ser parte de una estrategia más a largo plazo que venga con medias ortodoxas de equilibrio presupuestario y de fomento de la actividad en el sector privado, limitando la presión fiscal y favoreciendo la inversión. Sólo así se podrá favorecer un clima de confianza de instituciones públicas e inversores privados hacia nuestro país que lleve de nuevo a la senda del crecimiento a una economía tan terciarizada como la española.

Los ansiados fondos europeos de reconstrucción y recuperación serán muy importantes a la hora de poder impulsar esta recuperación, pero no nos engañemos, la solución a esta crisis debe llegar desde dentro del propio país en las medidas que apuntaba anteriormente, los fondos no serán en ningún caso la vacuna salvadora a la crisis económica, serán la vitamina que nos ayude a impulsar nuestra recuperación. La única vacuna para esta fase de nuestro ciclo económico pasa por medidas estructurales y por asumir y asimilar el cambio en el modelo económico a través de la ortodoxia y el equilibrio para desde estos principios, incorporar la transición ecológica, la digitalización, el pacto verde y todos estos retos o tendencias que corren el peligro de convertirse en meras banderas si no estructuramos bien nuestras bases económicas.

4 comentarios

  1. Buen análisis y planteamiento de medidas, Carlos.
    Echo en falta una: adelgazar la administración y con ello el gasto que supone; es necesario y justo.
    Un saludo.

    1. Gracias, Emiliano. El adelgazamiento de la Administración es un largo debate que tiene millones de matices, en mi opinión. Prefiero hablar de eficiencia de la Administración que pasa por su inmediata digitalización y por la simplificación de procedimientos que impiden la reactivación de la economía.

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