La visita el pasado 2 de marzo a la fábrica de Renault en Villamuriel de Cerrato (Palencia) de los presidentes del Gobierno de España y la Junta de Castilla y León, y del presidente del Grupo Renault-Nissan ha venido a confirmar el horizonte esperanzador de un sector industrial que para la economía castellana y leonesa supone directa e indirectamente una palanca esencial en la generación de empleo.
Carlos Ghosn anunciaba inversiones en curso para el plan Industrial de Palencia que rondaban los 600 millones de euros en los nuevos productos a industrializar en esa fábrica, inversión a la que debe añadirse la que ya se ha ejecutado dentro del Plan Industrial de Renault en Castilla y León para la planta de Valladolid (carrocerías y motores).
Este flujo de inversión directa genera 1.100 nuevos empleos de forma directa e induce inmediatamente, una corriente inversora en toda la cadena de valor del grupo en la Castilla y León, cadena de valor que afecta entre el fabricante y sus proveedores de primer, segundo rango y servicios, a alrededor de 30.000 empleos.
Acierto
En esta ocasión, Renault ha acertado con el vehículo industrializado en la planta de carrocerías de Valladolid, planta que llegó a estar en serio peligro de capacidades en el año 2008 cuando la visibilidad era muy limitada respecto a su futuro. La respuesta excelente del mercado a la propuesta del modelo (y concepto) Captur, tanto en el mercado nacional como en los mercados internacionales, ha permitido duplicar las expectativas conservadoras que en un inicio se plantearon para este modelo. Esperemos que los modelos a industrializar en Palencia puedan responder a las expectativas creadas en su proceso de preindustrialización (desarrollo).
Por otro lado, la paulatina mejora del mercado en su contexto global, debe suponer para las otras 2 grandes plantas de ensamblaje del sector en Castilla y León -Nissan e Iveco-, unas perspectivas mejores que las que vienen atravesando durante los últimos 5 años. Hay que tener en cuenta que el segmento de los vehículos industriales ligeros, para el cual trabajan las plantas de Nissan e Iveco, ha sufrido durante este último periodo un significativo parón ligado a la crisis de sectores como la construcción.
Exceso de capacidad instalada
Al contrario de lo que viene ocurriendo con el segmento de los vehículos turismos, cuya producción se exporta en un 80% desde plantas españolas, el segmento de los Industriales Ligeros se venía fabricando en un 50% para el mercado nacional. La reducción del mismo obliga a un esfuerzo de los fabricantes por exportar su producción. Sin embargo, la entrada en fases de recesión en mercados europeos no ayuda a este proceso de diversificación en el destino de la producción para las plantas de Ávila y Valladolid (Nissan e Iveco). Existe pues un exceso de capacidades instaladas, proceso siempre sensible y que necesita de mucho esfuerzo y confianza por parte de los grupos industriales para confirmar planes industriales de futuro.
Sólo a través de un fluido diálogo entre todos los agentes involucrados en estas plantas y de la apuesta por la competitividad de las mismas, seremos capaces de seguir garantizando el futuro de estas industrias claves en nuestra economía.
